De las ciudades redondas a los anillos espaciales | Page 69
Antonio Pinto Renedo
plano físico; estos seres no son superiores a los demás y
únicamente les ha correspondido esa función por una
cuestión de circunstancias, ya que, en principio, podría
ser al revés, lo cual ocurrirá seguramente en el siguiente
ciclo cósmico. Estos seres planetarios no es que simple-
mente hagan funcionar los planetas, es que son los pla-
netas y los rigen desde su nivel atómico hasta el mo-
vimiento de los astros.
En este contexto, Dios sería la verdad que por en-
cima de todo existe en este proceso y el conjunto de leyes
que rigen el universo. Estas leyes emanan de todos los
seres que lo forman, pero son los seres planetarios los
que les dan forma principalmente. Sin embargo, estos
seres no actúan más que en el plano mineral en el que se
encuentran y no interfieren con el humano.
Podría decirse que los seres planetarios son como
espíritus súper concentrados, pues toda la materia que
forman los planetas es parte de ellos. Por supuesto, los
planetas también son seres vivos, pero no de tipo orgá-
nico, sino mineral.
Es una falacia decir que la materia engendra la
vida pero no es vida, ya que solo puede engendrar vida
lo que tiene vida. Cada partícula atómica, cada molécu-
la química, se mueve y tiene actividad, porque es una
expresión de la vida que lleva en su interior.
Los planetas tienen como misión ser el soporte en
el que, con posterioridad, se desarrollen los seres bioló-
gicos y orgánicos con el fin de vivir una vida lo más evo-
lucionada posible, lo cual se conseguiría mediante la
encarnación de los espíritus existentes en forma de plan-
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