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“Dormíamos en casas de campaña, tomábamos agua que sabía a azufre, comía huevo, arroz. Llevábamos 40 porteadores (gente que cargaba todo el equipo y nos guiaban.) Íbamos muy bien preparados con to- do el equipo. Íbamos tendidos” Benjamín solo logró llegar a los 5800 metros, restando únicamente 2000 para llegar a la cima, desgraciada- mente por el cambio de presión y temperatura no le fue posible termi- nar el recorrido “Pero me siento orgulloso [...]todo fue muy padre, no pase fríos, soy de campo, pase un poco de discrimina- ción por la gente pero no me afectó en absoluto, yo a lo que iba , lo que sí, extrañaba mucho a mi familia.” “Disfrute ese viaje, solo traje de re- cuerdo un euro, un dólar, unas figu- ras de madera de África y claro la ardua experiencia de escalar el vol- cán. Al regresar a casa llegué cansado pero feliz el presidente me dio un re- conocimiento y simplemente seguí con mi vida” Aunque fue una experiencia muy grata para él mencionó la razón por la que no volvería a aceptar hacer algo parecido de nuevo: “Yo no volvería a ir, y la única razón es porque las personas lucran estas co- sas, y sacaron mucho provecho de mí, no me tocó nada.” Fotografía de Ernesto Reyes (República de Tanzania, 2016) Benjamín es un gran ejemplo no solo para las personas con capacidades diferentes también lo es para las personas consideradas “normales”. El señor Benjamín logró llegar muy alto a pesar de no contar con sus dos ex- tremidades , no dejando que los estereotipos o los comentarios de las personas lo detuvieran; una importante lección nos deja este gran hombre el cual nos dijo lo siguiente: “El tener una discapacidad no te detiene y si el mundo piensa que no eres lo suficientemente bueno para hacer lo que tu quie- res, es mentira.” “No hay problema, la vida es justa, el que honra mal, mal le va. Así que después del viaje yo seguí en mi chamba tranquilo, echándole ganas y con una experiencia bien padre.” Fotografía de Ernesto Reyes (República de Tanzania, 2016) 12