La pareidolia la forma la luz y las sombras, el terreno y los elementos. Desde el albor de los tiempos el ser humano ha identificado los lugares por las imágenes que revocaban en su cabeza, producto de la imaginación y el paisaje.
Nuestro paisaje está jalonado de animales, caras, esfinges, ojos que todo lo ven y un largo etc., todos ellos petrificados en la imaginación de quien los mira.