Es en estos casos donde un booster
nos puede solucionar la situación.
Aumentando la señal que alimenta
el amplificador, conseguiremos un
sonido más aguerrido - o más saturado
- incluso aunque obtengamos
volúmenes relativamente bajos.
Una gran herramienta para todo
aquel que tenga que hacer bolos en
lugares donde no se sonorice el ampli
de guitarra -y no le guste escuchar al
técnico o dueño de la sala gritando
que te bajes-. O, a pesar de los gritos,
puedes hacerlo simplemente porque
mejora el sonido.
Existen multitud de modelos de
boosters aunque podemos diferenciar
entre aquellos que tienen una
respuesta lineal frente a la frecuencia
(van a aumentar por igual el volumen
en toda la gama de frecuencia) o los
que dan una respuesta no lineal como
los treble-boosters, que incrementan
progresivamente las frecuencias más
altas.
También es cierto que los modelos han
ido evolucionando de forma paralela a
la tecnología. Los primeros diseños
estaban basados en transistores
de germanio, que fueron
paulatinamente sustituidos
por transistores de silicio
y, más adelante, se
emplearon también
amplificadores
operacionales.
Otra característica
de los boosters
(especialmente
aquellos
que
son
lineales) es que, aunque el
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Cutaway Magazine /60
resultado final en combinación con
nuestro amplificador puede ofrecer
un sonido altamente saturado, en
realidad el circuito no debe generar
ninguna “distorsión” sobre el sonido
original de la guitarra.
Es decir, deben incrementar el
volumen sin cambiar el tono original.
El resto será trabajo de tu ampli.
Debemos tener en cuenta, sin
embargo, que al aumentar una
señal estamos de la misma forma
incrementando el ruido de fondo.
En el caso de los treble-boosters, al
centrarse el incremento de volumen
en las frecuencias más agudas,
obtendremos un aumento del “hyss”
o “soplido”. Cuidado con esto.
BUFFERS
Alguno se estará preguntando porqué
hemos metido en el mismo artículo
dos modalidades distintas de efecto.
En realidad, podemos simplificar y
decir que un buffer tiene exactamente
las mismas propiedades que un
booster lineal, pero con una relación
de incremento de señal igual a 1.
Es decir, un buffer debe tener una
elevada impedancia de entrada para
mantener la “pureza” de la señal
original de la guitarra y mantener
la intensidad de esa señal para que
llegue al amplificador en las mismas
condiciones.
Por ello, en la actualidad, se pueden
encontrar en el mercado pedales que,
de hecho, no tienen ningún control en
su carcasa. No hay potenciómetros
ni switches. Simplemente un jack de
entrada y uno (o varios) de salida. Pero,
¿tanto se nota el empleo de un buffer?
Como ya comentamos en el número 4 de
Cutaway Magazine cuando hablábamos
de True Bypass en pedales, son muchos
los efectos que llevan uno o más buffers
en su circuito.
En su momento ya dijimos que eso no era
mejor ni peor, sino que su empleo debe
amoldarse a nuestras circunstancias,
especialmente en directo.
Es por ello por lo que en la actualidad
muchos guitarristas llevan un buffer al
inicio de su cadena de pedales.
De esta forma, aseguran la calidad de la
señal a pesar de los metros de cable que