Cutaway Guitar Magazine BAJOS Y BAJISTAS 43 | Page 12
En la amplificación
de bajo hay muchas
marcas de prestigio,
pero desde luego
hay una que ha
surcado las décadas
portando la
bandera de “marca
por excelencia”
en la valoración
de la comunidad
de bajistas, y esa
no es otra que
AMPEG. Hoy
hemos recibido la
comunicación de
que, tras algunos
años en los que la
marca ha navegado
en la incertidumbre
y había perdido
cierto lustre,
YAMAHA ha
comprado la
compañía.
B&B MAGAZINE #43
No me cabe ninguna duda de que esta
noticia es más que excelente si atendemos
a la experiencia más reciente, que no es
otra que la revitalización en calidad y
producto que Yamaha ha implementado
en una marca como Line 6, la cual también
adquirió a finales de 2013. No en vano el
fabricante japonés constituye la mayor
empresa de la industria musical a nivel
mundial, a mucha distancia en facturación
y referencias de artículos de sus más
inmediatos competidores, y está presente Y digo que sigue siendo porque se buscan
prácticamente en todos los sectores de en el mercado de segunda mano como si
instrumentos y audio.
fuesen oro, y con un precio en consecuencia.
Espero y confío en que el buen hacer de
Yamaha devolverá a Ampeg a la primera
línea de innovación y calidad en el mundo
de la amplificación del bajo, y por supuesto
sin olvidar la tradición que encarna. Los
japoneses son especialistas en eso: preservar
lo más valioso de la historia y dotarle de
la tecnología necesaria para poner los
productos en valor en un mundo moderno
cada vez más exigente.
1960: el nacimiento y la versión más buscada
Ampeg empezó a fabricar amplificadores
para contrabajo nada menos que en 1946,
pero fue en 1960 cuando Ampeg presentó
un amplificador para bajo eléctrico que
sentaría las bases para las próximas décadas:
el cabezal y bafle B-15 Portaflex “Flip Top”.
Inspirado por la noticia, pensé que era una
buena idea recoger en estas páginas una
información con perspectiva histórica del
que ha sido, y sigue siendo, el santo grial
de los amplis de bajo para grabar en los
estudios: el B-15 Portaflex.
Fue el amplificador que por fin daba el sonido
que el bajo eléctrico llevaba sin encontrar
durante casi una década de existencia: grueso
y lleno de fundamentales gracias a la calidez
de sus seis válvulas (tres de preamplificación
y tres de amplificación) y a un bafle doble
cerrado por detrás, con un único altavoz de
15 pulgadas y diseñado teniendo en cuenta
las frecuencias y reflexiones de las ondas
sonoras características del instrumento para
el que se fabricaba.
Su potencia era de 25 vatios, pero es
importante aclarar que 25 vatios de
válvulas no son equiparables a 25 vatios de
transistores o digitales, sino que suenan con
mucho más volumen (presión sonora).
No obstante, era un ampli pequeño, y aún
faltaba otra década más para la aparición
masiva de los amplificadores de bajo de alta
potencia, que son otro cantar (o mejor dicho,
otro sonar). Los bajistas más importantes
de la época, como James Jamerson o Carol
Kaye no tardaron en adoptarlo como
parte de su musicalidad, y luego han sido
innumerables los nombres ilustres que han
hecho grabaciones famosas con el Ampeg
B-15: Chuck Rainey, Duck Dunn, John Paul
Jones, Rick Danko, por citar solo algunos
clásicos… y otros bajistas actuales modernos
como Sean Hurley, uno de mis favoritos por
su gusto musical y su tono exquisito.