Cutaway Guitar Magazine BAJOS Y BAJISTAS 38 | Page 8

rápidos , debido a que la existencia de una capa de laca , por muy fina que sea , siempre ralentiza el desplazamiento de las manos . Fijaros bien que no hablamos de sensaciones , porque algunos bajistas se sienten más a gusto tocando en mástiles desgastados , percibiendo la madera pelada en contacto directo con la palma de su mano y otros prefieren la laca porque transmite mayor suavidad y confort táctil . Solamente hablamos de velocidad de desplazamiento , algo que es un hecho físico . Y si la mano tiende a sudar , la lentitud moviéndose sobre la laca se hará aún más constatable .
El siguiente paso era el inevitable y decisivo : enchufarlos al ampli y escuchar . Empezamos por el N . O . S . y nos sonó a gloria , pero a una gloria más cercana en el tiempo de lo que a priori esperábamos . Quizás íbamos con la idea preconcebida de que , al ser una reedición del Jazz Bass 1960 , escucharíamos un bajo con sonido redondo , denso , resonante y hasta un poco apelmazado , todas esas características que asociamos a los buenos bajos “ vintage ” que circulan por el mundo . Pues no fue exactamente así , si no que nos encontramos con un Jazz Bass de altísima calidad , pero con unas características tímbricas más de
instrumento nuevo que otra cosa . Por expresarlo de alguna manera , teníamos en las manos el mejor Jazz Bass nuevo que hoy se puede comprar en el mercado , una especie de sublimación al máximo nivel de los modelos de alta gama de la marca ( por ejemplo , del American Vintage 62 , con la misma configuración de 2 potes concéntricos volumen / tono ). La pegada , el “ punch ”, el amplísimo abanico tonal , todo nos lleva en este bajo de acabado N . O . S . a poder considerarle la mejor versión posible que hoy se puede comprar del bajo más vendido del mundo y de la historia de la música : el Jazz Bass . Riqueza de agudos , medios y graves le otorgan gran versatilidad y la sonoridad de un instrumento nuevo . Bueno , al fin y al cabo esto es lo que la Custom Shop Fender pretende al diseñar y fabricar un instrumento N . O . S ., que hoy sea posible comprar un instrumento idéntico al que se podía comprar en 1960 . ¡ Y vaya si lo han conseguido ! Unas excelentes maderas , tan buenas y escogidas como entonces , unas pastillas bobinadas a imagen y semejanza de las originales ... ¿ Podía ser de otra manera ?
No podemos olvidar que ese punto especial (“ mojo ” que llaman los americanos ) que tienen los instrumentos
“ vintage ” no proviene especialmente de la edad , sino del uso y hasta del abuso . Recuerdo haber leído en una entrevista a Roger Sadowsky , que de bajos sabe un poco , que un instrumento no adquiere ese sonido que todos tenemos en la cabeza y que conocemos como clásico o “ vintage ” por el mero hecho de haber cumplido 30 o 40 o 50 años , sino que ese sonido y esa resonancia se va perfilando a medida que la madera vibra cientos , miles , cientos de miles de veces a lo largo de los años y eso hace que su grano se abra ( no esperéis poder verlo a la vista ) y la pérdida de barniz y protección cosmética la deje más expuesta al exterior y así adquiera una resonancia que jamás tuvo de nueva . Él citaba como ejemplo en aquella entrevista que había tenido oportunidad en su larga trayectoria de comprobar este hecho en guitarras acústicas , que es donde más obvia se hace la teoría , y contaba que se había topado con guitarras que tenían más de 40 años de reposo dentro del estuche y que cuando las había sacado sonaban bastante mediocremente y que , sin embargo , tras varios años de uso esas mismas guitarras habían mejorado considerablemente y su tono empezaba a ser ya el de una guitarra de “ época ”.
Dicho lo cual , cambiamos de bajo y enchufamos el modelo “ relic ”. ¡ Sí señor , ahí estaba el deseado , esa especie de santo grial de muchos bajistas en los últimos tiempos ! Yo reconozco que siempre me ha tirado el sonido de los Fenders antiguos , será por la edad o será por mi inmenso respeto y agradecimiento hacia todos los que han hecho historia en la música contemporánea y más si son bajistas . Por esa atracción he probado muchos bajos “ vintage ” en tiendas especializadas de renombre donde he tenido la suerte de ir ( valga como ejemplo Rudy ’ s Music en Nueva York o Vintage and Rare Guitars en Londres ) pero jamás me compré ninguno porque lo que me llenaba zumbaba unos precios prohibitivos .
Después de un rato de disfrutar del instrumento , cambiando de pastilla , abriendo y cerrando los concéntricos exteriores de tono , deleitándome con el contacto directo de la madera del mástil , lo tenía claro . Ya sé que no es un bajo de 1960 con 5.000 bolos a cuestas , pero puedo afirmar que no lo es porque sé que no lo es , aunque la experiencia de tocarlo y oírlo no difiere prácticamente en nada de lo que sería la experiencia con uno “ real ”.
B & B MAGAZINE # 38