Currículum Oculto Revista | Page 7

Para el Estado, las instituciones educativas se han convertido en un bastión importante para desde ahí conformar un tipo de persona y, sociedad que convenga a intereses de clases y, grupos de poder. A través del currículum, se moldea al tipo de ciudadano que queremos ser, se deciden contenidos, métodos, estrategias, recursos con los que un docente debe enfrentar su práctica. La visualización desde un enfoque curricular crítico nos permite revisar el influjo del currículum dentro de la vida de las personas, así como el impacto, sus consecuencias y significados políticos y sociales que genera la práctica educativa, y la validación de un contexto natural del conocer, del hacer y del ser, como si no fuera dependiente de una construcción social e histórica. En ese sentido, se hace una apreciación crítica de reconocer los valores, la ideología y la práctica política que se esconde tras la práctica del currículum y ante ello, se genera un compromiso moral que intenta la emancipación política. Es a través del currículum como se pueden seleccionar otros tantos contenidos culturales -ante los ya dados o naturalizados- como una forma de reconstruir el conocimiento de que disponen los grupos sociales, y por ende, mostrar un interés por las estrategias de enseñanza y aprendizaje que faciliten los procesos de reflexión, crítica, transformación, de participación democrática, de responsabilidad y solidaridad. El currículum escolar no puede visualizarse como un cuerpo de conocimientos neutro, sino como una producción social que legitima el conocimiento de la clase dominante. La escuela como principal agente de generación de conocimientos se convierte en una institución que sirve a intereses de un sistema capitalista, pero a su vez se genera al interior una lucha entre los grupos dominantes y los grupos subordinados que generan resistencia. De alguna forma el currículum refleja el conflicto entre intereses dentro de una sociedad y los valores dominantes que rigen los procesos educativos. En el currículum hay una intencionalidad que responde a intereses económicos y culturales por lo que no está explicitado de manera formal en los planes y programas de estudio, sino más bien encubierto y ambiguo, por lo que son pocos docentes que pueden develar sus verdaderos intereses. De esta forma, el currículum se convierte en un espacio de lucha ideológica, y una pugna entre los intereses de la clase dominante. El sistema capitalista pone en manos del currículum su reproducción eficientista, utilitarista, mercantilista, a través de los planes y programas de estudio que son aceptados por las instituciones educativas, dado que el mismo sistema a través del Estado y la misma escuela legitiman estos procesos. Las diversas políticas educativas que giran en torno de un ser humano productivo y utilitario no son más que señales del claro predomino racionalista de los grupos de poder. El currículum toma forma y sentido dentro del proceso educativo y es difícil desdeñar su objetivo implícito, político e ideológico. Las prácticas educativas cobran significado cuando estas son analizadas, interpretadas y resignificadas a través de la criticidad de la realidad que el docente vive en el día a día. A partir del currículum se regulan los procesos formativos, normativos, prescriptivos, de lo que debe ser el currículum, parece ser que desde la teoría se justifican y legitiman los intereses políticos e ideológicos de la clase dominante que son quienes verdaderamente deciden sobre el qué, el cómo y para qué de la educación.