Culdbura18 invierno 2022 | Page 27

En lugar de abrir nuevas fronteras de pensamiento y acción a sus colaboradores humanos , el software reduce nuestro enfoque . Cambiamos talentos sutiles y especializados por talentos más rutinarios y menos distintivos . Al optar por el camino de menor resistencia , en realidad estamos restringiendo nuestra capacidad para actuar . Lejos de liberarnos , el software enjaula nuestras mentes dentro de parámetros estrechos .
En un giro irónico , el software no solo nos quita el poder , sino que también asume cada vez más la responsabilidad de las decisiones morales : matar o no matar a la araña en el caso de las aspiradoras robóticas , al humano que cruza la calle o al soldado en el caso de un conflicto armado . Dejar que el software “ piense por nosotros ” obstaculiza nuestra capacidad , o voluntad , de aprender , un proceso que requiere cierta ineficiencia , lentitud y contemplación .
No hay que negar los beneficios de la automatización intelectual para ser conscientes de que también conlleva riesgos . En lugar de suscribir las utopías de los tecno-futuristas o las distopías de los luditas , el relato ha de ser más matizado . Evocar visiones de paraísos terrenales o escenarios de control robótico total no ayuda a desarrollar una postura crítica . En cualquier caso , sí parece que , al construir un mundo cada vez más ajeno a las fricciones cívicas con nuestros semejantes , estamos iniciando una transformación en la constitución de nuestras identidades personales cuyo alcance aún no podemos comprender .
Gerardo del Cerro Santamaría
United States Fulbright Professional Ambassador , Massachusetts Institute of Technology , London School of Economics . Autor de Megaprojects in the
World Economy . Complexity , Disruption and Sustainable Development ( Columbia University Press , de próxima publicación ).

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Santiago A . Sagredo