― Los niños y los tontos , y los borrachos , siempre dicen la verdad , y , por la muestra precedente , habría que añadir los poetas .
Se veía favorecido el virus , al parecer . Y , de haber sido visible al ojo humano , se lo hubiera visto esponjado como un pavo real , máxime si , por añadidura , ese día , primero de abril , le hubieran colgado en el pecho las medallas de las que se había hecho acreedor . Al mérito en el contagio , por sus ciento treinta millones aproximadamente de infectados a nivel mundial , y al mérito fúnebre , por la copiosa aportación , alrededor de tres millones , al cómputo mundial de cadáveres .
― Agradezco las condecoraciones , pero me sigue picando la curiosidad acerca del coplero . ¿ Qué ha sido de aquellos problemas metafísicos en los que se debatía ?... Creo recordar que uno de ellos eran las polillas , y el otro , una fuga de agua de los inquilinos del piso de arriba …
Pero el que más le preocupaba , con diferencia , era el virus , aunque pueda parecer que todos ellos los trataba en términos de igualdad .
Entre el casero de marras , el virus y las polillas me van a matar de muerto , después de hurtarme la vida .
Como en plural cualquier bicho , las polillas me dan náuseas . También el hombre ; en plural , cualquier individuo es plaga .
Invocando la ley Trans de la ministra Montero , el covid se ha hecho políglota convirtiéndose en transgénero .
El propietario de arriba , ¡ quia !, me quiere convencer de que en mis techos las manchas se deben a un poltergeist .
Además de tener que vivir con la pandemia , la gente tenía que convivir con las contrariedades que la existencia cotidiana iba brindándole , llámense polillas , vecinos o medidas gubernamentales . En cualquier caso , el virus era el virus ; todo lo demás estaba condicionado por él : la vida , la mala vida , y la muerte . A primero de abril del año en curso , empezaba a despegar lentamente la cuarta ola de la pandemia provocada por su majestad ( por algo era corona ) en España , con especial incidencia en territorios como Cataluña , Madrid , País Vasco , La Rioja y , dentro de Castilla y León , la provincia de Burgos . Entre el martes 30 de marzo y el jueves , primero de abril , se habían contabilizado en esta 306 nuevos positivos . Curiosamente , el resto de provincias de Castilla y León , presentaba cifras mucho menores y se había instalado en una tendencia descendente , tal vez porque venía de sufrir una tercera ola muchísimo más severa .
A pesar de las vacunaciones ( ya se llevaban tres meses de faena , bien es verdad que a un ritmo mucho más lento del que hubiera sido deseable , por falta de dosis ), a pesar del optimismo mal informado ( o malintencionado ) del Gobierno , que continuaba pontificando que para el verano ( que una veces se situaba en junio , otras en julio y agosto , y aun en septiembre ) estaría inmunizada el 70 por ciento de la población , el país había entrado en el umbral de la cuarta ola , cuyo pico se alcanzaba entre el 22 y el 29 de abril , con una media diaria de cerca de ocho mil casos y más de 90 defunciones . Con todo , por más que todas las autonomías sin excepción habían expresado su opinión contraria , Sández , como siempre imbuido de su pavorosa seguridad en sí mismo , propia de un sandio ( aunque tuviera tanto o más de melón ), seguía en sus trece de hacer decaer el estado de alarma para el próximo día 8 de mayo , lo cual implicaba dejar sin instrumento jurídico a las administraciones territoriales para imponer las restricciones necesarias en caso de agravamiento de la situación pandémica .
― Pero ¿ qué restricciones son esas de las que no van a poder echar mano las comunidades autónomas ?
La supresión del estado de alarma , por mucho que cacareara el presidente Sández
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