culdbura nº 14 Culdbura nº 14 | Page 62

—Es que el Vesubio había vuelto a ex- plotar en dos ocasiones, una a finales del siglo XXI y otra en el siglo XXIII, sepultando con sus cenizas los cuerpos de miles y miles de turistas que deambulaban por la zona. Por lo que la cantidad de nuevos moldes a relle- nar para incorporar al “Museo Volcánico de la Humanidad” era ingente, y fue necesario re- currir a los turistas forzosos para ir incorpo- rando más y más moldes de los fenecidos durante las erupciones vesubianas. Aunque, a diferencia de los del siglo I, los nuevos mol- des solían tener generalmente sólo dos tipos de posturas, los correspondientes a la erup- ción del siglo XXI, haciéndose auto-fotos con su teléfono móvil, y los correspondientes a la del siglo XXIII copulando, aunque aquí sí que se encontraban ligeras variantes en cuanto al tipo de postura adoptada para la coyunda. —¿Pero cómo detectaban si una per- sona había permanecido en su domicilio más de siete días seguidos? —le interrogué nue- vamente, ya que todo aquello se me esca- paba de las manos a la hora de poder razonarlo y asimilarlo con meridiana claridad. —Bueno, es que cada individuo humano, nada más salir de la probeta placentaria (tie- nes que pensar que la reproducción sexual ya no existía) 7 es numerado y puesto a dis- posición del Ministerio de Turismo Planetario, donde inmediatamente le implantan unos ad- minículos con los que poder viajar con sus adoptadores (o padres adoptivos), lo que ocurría, como ya he dicho, cuando el bebé probeta alcanzaba la edad de cuatro años. Mi querido detective, o paradetective (como a él le gusta autodenominarse), co- menzó a explayarse con la descripción de esos aparatos con los que se completaba al ser humano que salía de las probetas y antes 7 De hecho, en el libro de Pirismann se cuenta que los nacimientos deben ser encargados oficialmente al Departamento de Eugenesia Planificada. Los neonatos no son esterilizados hasta después de ser púberes y después de haberles extraído durante un par de años, una cantidad de semen u ovarios considerables, los cuales pasarán a formar parte del Banco Mundial de Gametos Humanos. de ser entregado a la persona, o personas, que habían hecho el encargo del “Proyecto de Humano Beato 8 ”. De los dispositivos que les implantaban, dos eran los principales: -Una APO o “Almohadilla Polivalente Obligatoria”. -Un DCR o “Dispositivo Corrector de la Realidad”. Las almohadillas, tal y como su nombre indica, y tal y como las describe Pirismann en su libro, tienen una apariencia igual a las que ahora usamos para proteger nuestras cervi- cales en los largos viajes. Sin embargo, en realidad, eran unos computadores cuánticos de muy poco peso, con los que el Gobierno Eudaimónico obtenía todo tipo de datos re- ferentes a la vida cotidiana del ciudadano tu- rista, como por ejemplo lugares a los que viajaba, número de fotos por día 9 , gramos de engorde o de adelgazamiento cada 24 horas, etc. —¡¡¿Pompeya?!! —le pregunté todo ex- trañado—. Marte lo puedo entender, pero ¿Pompeya? Por otro lado, también se le debía apli- car al neonato de cuatro años el preceptivo Corrector de la Realidad, o DCR, que consis- tía en una especie de enormes gafas de es- quiar que iban conectadas a la almohadilla polivalente mediante un cable del color que a uno le gustase. Con este dispositivo, el Go- bierno Eudaimónico corregía automática- mente posibles imágenes distorsionadoras del feliz y cándido entorno en el que debía de- sarrollarse la vida de todo ciudadano viajero. Por ejemplo, si en tu camino apareciese algo desagradable como un animal muerto, inme- diatamente el DCR lo corregirá y lo convertirá 8 Hay que especificar que el término beato lo utilizaban en su acepción de “feliz” y no de “santurrón” o persona beatificada por el Papa, personaje este que, por supuesto, no existirá en el siglo XXX. 9 Los ciudadanos viajeros están obligados a realizar un mínimo de 1500 fotografías por día. En caso de incumplimiento se aplicarán las sanciones oportunas. Si son pocas fotos las que faltan para el cupo, casi seguro que deberán pasar una semana de turismo forzoso en el desierto del Gobi. Pero si no llegan a 1000 las imágenes tomadas, el ciudadano se verá sometido a trabajos sociales como cuidador de equipajes en las estaciones lanzaderas de turistas. (Ya no habrá aviones sino lanzaderas de 500 pasajeros como mínimo)