El escritor burgalés Óscar Esquivias, retoma ese busto en su obra La ciudad del Gran
Rey: “Allí vivían las estatuas de bronce de las sirenas y los tritones, que comían sopa de
pescado sin salir de su fuente. Al cercano busto de Cervantes había que darle las cucharadas
en su propio pedestal, pues al no disponer de brazos, tenía gran dificultad para comer. Es
cierto que podía valerse para ello de las guías de su bigote…”.
Diversos escritores locales se han acercado a Miguel de Cervantes y a su importante
obra, entre ellos ―para no ser exhaustivos― Martín D. Berrueta, que escribió en 1913 His-
torias de Don Quijote, con ilustraciones de Evaristo Barrio, editada “en la imprenta y librería
Hijos de Santiago Rodríguez” y años más tarde la escritora Mª Teresa León su obra Miguel
de Cervantes, el soldado que nos enseñó a hablar.
Eloy Luna
Será en el IV Centenario de la publicación de la primera parte de Don Quijote, en 2005,
cuando la ciudad se volcó en homenajear a su autor, especialmente con las exposiciones
Don Quijote en la catedral, en la que se pudo disfrutar ―entre otras― de una selección de
los casi 400 Quijotes que posee la biblioteca del Cabildo, y El Quijote visto por los artistas
burgaleses, en la que se mostraba la obra en homenaje a Cervantes de Vela Zanetti, Juan
Vallejo, Pablo del Barco, Román García, Fortunato Julián y otros muchos artistas burgaleses.
En esa línea, el dibujante Eloy Luna, autor de las ilustraciones que acompañan al texto y co-
laborador habitual de culdbura, publicó un cómic, editado por la Biblioteca de Burgos, con
el título El viaje de don Quijote a Burgos.