culdbura nº 14 Culdbura nº 14 | Page 10

«¿Cómo estáis, Rocinante, tan delgado?» «Porque nunca se come y se trabaja.» «Pues, ¿qué es de la cebada y de la paja?» «No me deja mi amo ni un bocado.» Eloy Luna «Anda, señor, que estáis muy mal criado, pues vuestra lengua de asno al amo ultraja.» «Asno se es de la cuna o la mortaja. ¿Queréis verlo? Miradlo enamorado.» «¿Es necedad amar?» «No es gran prudencia.» «Metafísico estáis.» «Es que no como.» «Quejaos del escudero.» «No es bastante. ¿Cómo me he de quejar, en mi dolencia, si el amo o escudero o mayordomo son tan rocines como Rocinante?» Esos huesos de Babieca terminaron, teóricamente, enterrados en San Pedro de Car- deña, donde en 1948 el duque de Alba, en una decisión un tanto surrealista, pagó la cons- trucción de un monolito para señalar ese hipotético hecho.