Cuentos que me contaron de la Vía Férrea Cuentos que me Contaron de la Vía Férrea | Page 19
siempre pregunté de dónde venían y me dijeron que el
diosito de Mamá las enviaba para alertarnos su
existencia. Y ese modelo me gustó y lo asimilé por la
magia con qué Mamá lo afirmaba; y las centellas
empezaron a gustarme por las historias que portaban
cada vez que caían en el monte; y me contaron que a
la palma seca y ennegrecida del potrero la visitó una
centella y la partió en dos y dejó su rastro
permanente; Mamá decía, diosito quiere que sepamos
que él existe, lo respetemos y veneremos. Es una
señal, con ella nos muestra su bondad infinita, fíjate
que mañana llegará el carpintero y le pondrá colorido
al oscuro tronco, y el troco sonará al unisonó con su
toc-toc
en
ráfagas
intermitentes;
y
saldrán
carpinteritos con el tiempo. Entonces me embelesó el
toc-toc del carpintero y me dediqué a espiarlo todo el
día
y a
seguir
sus
movimientos,
hasta
sentí
preocupación cuando no lo divisaba. Y pregunté cómo
no se reventaba el pico de tanto darle a la madera y
Papá me decía que golpeaba poco a poco en la parte
más delicada de la corteza y por ahí se iba hasta lo
más profundo del tronco que era más suave. Papá
conocía de madera y le creía, cuántas veces no vio un
tronco de palmera en esas condiciones o tumbado en
el suelo.
18