Me reí como esas brujas malas y le dije:
-¡Ah, si! ¿Entonces qué hizo si no fue usted, señorita Falloir?
-¿Cómo sabe mi nombre?- preguntó sorprendida.
- Debe cerrar todas las cuentas que deja en su celular-y le mostré su celular con Facebook abierto .
-¿Dónde lo encontro? Me lo robaron el sábado a las 13:00 horas!
-¿En serio? -pregunté sorprendida.
- Sí,un joven de cabellera azul, con ojos marrones, buena dentadura y nariz aguileña.
-¿Ah si?- dijo la mujer que me acompañaba mostrándole un dibujo del joven relatado
-¡Sí, así!
Minutos después informamos a la policía, pero no nos dieron noticias de quién era ni menos dónde se encontraba .Luego de 2 días de búsqueda encontramos al joven en un negocio de chocolates, nos guio hasta su casa y hallamos miles de cosas electrónicas y plata por todos lados. Llamamos a la policía y fue arrestado.
-Bueno, una recomendación, Lucia, dejá las cuentas cerradas y no des información. Y tú -le hablaba a la mujer- cuida bien tus cosas.
Nos reímos y al final todos aprendimos algo.
Por Katia Sychov 6°"A"