Trataron de acelerar la búsqueda pero seguían sin encontrarlo, mandaron un helicóptero y diez patrullas a buscar ese lugar, hasta que uno de los que negoció se dio cuenta que en realidad no era una casa común, era una casa y atrás una especie de pileta cubierta, ya solo quedaban cinco segundos y llegó el momento en el que descubrieron la casa en Vieyra 1929. Se le informó inmediatamente al conductor del helicóptero y con toda la velocidad se dirigió a Vieyra al 1900, allí, gracias a un equipo de rápido despliegue, pudieron sacarlo de la pileta. Al instante llamaron al SAME, que fue rápido.
En ambulancia se lo llevaron al Hospital Británico, ya en la comisaría Mariano Ponce tuvo que hacerle varias preguntas. Y la madre se vio obligada a responderles.
-¿Vas a confesar?- le dijo
-Depende- respondió.
-¿Vas a decir la verdad?
-Está bien.
-Primero ¿Les pagaste a los secuestradores y a los asesinos?
-Sí, pero lo hice por un bien, los asesinos no estaban pensados, yo sabía que el padre le puso un seguro que cubría todos los problemas y tuve que financiar este secuestro para que el padre pague el dinero que le corresponde, aproveché el momento, que él no lo quiere al padre por dejarme embarazada. Yo sabía dónde iban a dejarlo…
- Solo con eso me sirve para procesarla y llevarla presa, su hijo va a estar con su padre.