-Tranquilo, no le haremos nada. ¿Usted ha robado el piano?- preguntó Okay.
-No.
-¿Por qué?- pregunté yo.
-Yo no pude haber robado el piano debido a que en ese momento yo me fui a correr- dijo el cartero.
-¿Cuál es su nombre?
-James Smith- dijo.
-¿Ha perdido algo después de lo ocurrido?- pregunto Okay.
-Sí. Mi bolso. No lo encuentro por ninguna parte.
-Muchas gracias, señor- dije- Ttenemos que irnos.
-Adiós-dijo abriéndonos la puerta.
Ya descartamos que el culpable fue el cartero ¡Yo tenía razón! Estaba muy contento.
Cuando le dijimos todo lo ocurrido a la policía, la metieron presa a María. No supimos nada más después de eso porque nos tuvimos que ir de vuelta a Vancouver. Caso cerrado, estábamos muy contentos, ¡Fue nuestro primer caso! Lo único que nos quedó sin resolver fue quién nos había mandado esa limosina, era un misterio. Ojalá pudiéramos ser detectives y resolver otro caso…
¿Alguien nos llamaría otra vez?
Catalina Sola Klein
6-A 2015