Sherlock Holmes, luego me pidió que la vea en el Hilton de Toronto porque necesita mi ayuda. Y yo le quiero pedir a usted que sea mi fiel compañero.
-Pues claro, creo que lo puedo ayudar . ¡Será increíble trabajar con usted! Aparte siempre quise ser detective- Dijo Jefferson muy contento.
-Perfecto. Por eso lo he llamado a usted. Lo espero en la estación de tren en media hora, yo ahora sacaré los pasajes.
Después de esa llamada me he hecho muchas preguntas, por ejemplo si los detectives llevan maletín, si escriben los casos, entre otras. Entonces por las dudas me hice mi maletín…
A las 15:30 yo ya había llegado a la estación cuando vi al señor Okay.
-Buenos días, Jefferson.
-Oh, buenos días, señor Bingo– me dijo un poco nervioso-
-¿Cómo está hoy?- le dije
-Muy bien ¿Y usted? Tengo una pregunta, ¿Cómo se llama esta señora?
-Bien, gracias. Esa es una muy buena pregunta porque de hecho… no me lo ha dicho- le dije muy reflexivo.
-Está bien, no importa, apurémonos porque se nos va a ir el tren. -Ya saqué los pasajes-le dije orgulloso.
Sin más palabras fuimos a tomar el tren. Apenas salió yo había visto algo muy raro. Allí, tres filas a la derecha adelante nuestro, estaba Vincent Baker, un compañero de clases de las clases de Jiu Jitsu. Por supuesto mi compañero era su maestro, pero a ninguno de los dos nos caía bien. ¿Por qué estaría en ese avión?
Vincent estaba muy nervioso, nadie en ese avión estaba nervioso , solo él. ¿Se le habrá muerto un familiar? ¿Habrá hecho algo malo? O, a lo mejor, le tenía miedo al avión o puede ser que no le haya pasado nada. Aunque no nos caía bien, nos preocupamos un poco por él y decidimos ir a preguntarle por qué estaba tan nervioso
-Hola, mi querido amigo Vincent.
-Hola… Perdón ¿Cómo era tu nombre? –dijo él, por esa razón era que lo odiábamos, él se creía perfecto, era mentira que no se acordaba de mi nombre ,él lo sabe, y muy bien.
-Albert-le dije yo mirándolo con cara de odio.
-Ah , cierto , Albert…-dijo Vincent muy nervioso.
-Hola Vincent , ¿Cómo anda todo? – dijo Jefferson apareciendo de golpe.
-Oh , hola profesor Okay… ¿Qué están haciendo aquí?
Los dos nos miramos muy convencidos de no decir que trabajábamos en un caso , no queríamos decirlo por las dudas de que nos oculte algo.
-Estamos… estamos… -dije yo pensando mucho y mirando a Okay.
-¡Paseando! Nos queríamos dar unas vacaciones y como sabe usted , somos muy amigos,entonces decidimos venir juntos.- dijo Okay un poco nervioso, pero convencido al mismo tiempo.
-Ah, mire que bien…-dijo Baker.
-¿Y qué está haciendo usted aquí?- le pregunté muy intrigado.
-Yo vivo aquí ,pero vine para Vancouver para ir a las clases de Jiu Jitsu ¡Me fascinan! – Dijo él muy nervioso.
-Ah , no sabíamos eso… ¿Por qué está tan nervioso? – le pregunté yo.
-¿Nervioso? ¿Yo? No lo he notado , pero puede ser porque tengo claustrofobia y este lugar está muy cerrado.- dijo transpirando.Pero no le creímos ni un poco.
-Ojalá esté mejor. Nos vemos después – dijo Okay.
-Sí , nos vemos después.- dijo Baker.
Cuando llegamos a nuestros asientos Jefferson empezó a anotar y a anotar lo ocurrido.
Nos pusimos a hablar sobre lo que pasó muy bajito para que Vincent no pudiera oírnos;
-Todavía no sabemos lo que pasó pero estoy seguro de que Baker es el culpable.-me dijo Okay.
-Puede ser , yo también pienso eso.
Cuando llegamos a Toronto quisimos ir a saludar a Vincent Baker , pero no lo encontramos. Fue como si hubiese desaparecido.
Nos estábamos yendo cuando vimos un señor con un cartel que decía:
´´Señor Bingo y Okay´´
Perfecto pensamos los dos , María había llamado a alguien para que nos llevara al hotel.
-Buenas tardes. Permítanme ayudarles con eso.-dijo el chofer agarrando nuestro equipaje.
El caso era que no era una camioneta como nos habíamos imaginado ¡Era una limosina!
-Los llevo al hotel Hilton ¿No?-dijo el chofer.
Sí.-le dije yo muy sorprendido.
Fue raro que nos diga eso porque faltaban dos horas para encontrarnos con la señora.¿Cómo sabía que nos alojábamos allí?
Lo único que hicimos en ese particular auto fue relajarnos y tomar unos tragos , no pensamos ni un poco en el caso. Estábamos muy cansados.
Cuando llegamos al hotel , el chofer se fue muy rápido , antes de que pudiéramos agradecerle.En el momento en que nos dieron la habitación , el señor Jefferson desempacó su equipaje y yo me acosté en mi cama. Yo no podía más del cansancio, estaba agotado. Estaba tan cansado que me quedé dormido.
Cuando me desperté me di cuenta de que Jefferson ya no estaba ¡Eran las 18:15 hs! Ya tenía que estar abajo , en el bar. Bajé corriendo cuando vi a la señora y a Okay.
-Buenas tardes , señor Bingo . El señor Okay me ha dicho su nombre mientras lo esperábamos , espero que no le moleste – dijo la señora muy amablemente.
-Pues claro que no me molesta ¡Pero yo no sé su nombre!-dije con un toque de gracia.