El Misterio del Piano Vesical
AllÍ estaba sentado esa tarde invernal de Canadá en mi sillón preferido, rojo como la sangre y negro como un gato cuando recibí esa llamada, la llamada que cambió mi vida… Como saben, yo soy un hombre de pocas palabras con una habilidad específica para nada más y nada menos que el Jiu Jitsu. Aunque siempre me hubiera gustado ser detective...Después de esa llamada creí que podía tener alguna oportunidad. ¡Fue el destino! Una mujer me había llamado confundiéndome con el mismísimo Sherlock Holmes. Se había equivocado de número y esto fue lo que me había dicho:
-Buenos días, señor Holmes. Necesito su ayuda urgentemente-dijo una señora con voz agitada , fuerte y desesperada.
-Buenos días, señora –le dije medio confundido- Yo no soy Sherlock Holmes, pero supongo poder ayudarla porque me dedico a ser detective – supongo que una mentirita no afectaría a nadie.
-Bueno. Entonces me puede ayudar, lo veré en el hotel Hilton de Toronto en media hora- me dijo ella muy apurada.
-Pero, discúlpeme, me tendría que tomar un tren, yo vivo en Vancouver , eso tardaría un rato…
-Está bien, lo espero a las 18 hs. Para esa hora ya habrá llegado-dijo la señora.
-Perfecto, la veré allí- le dije un poco nervioso.
Yo estaba muy emocionado, pues claro, creí que podría ser mi oportunidad para convertirme en un gran detective como Sherlock o Watson. Sería increíble…
Pero cualquier detective tenía que tener un ayudante ¿O no? Entonces llamé a mi profesor de Jiu Jitsu ¡Nos llevábamos genial!
-Hola. Habla Jefferson Okay.
-Hola, Okay ¿Cómo está hoy? Habla Albert Bingo. Le quería dar una propuesta muy interesante… ¿Vio que siempre quise ser detective? Bueno, hoy me llamó una señora y me confundió con
Hilton de Toronto porque necesita mi ayuda. Y yo le quiero pedir a usted que sea mi fiel compañero.
-Pues claro , creo que lo puedo ayudar . ¡Serà increíble trabajar con usted ! Aparte siempre quise ser detective-Dijo Jefferson muy contento.
-Perfecto. Por eso lo he llamado a usted. Lo espero en la estación de tren en media hora , yo ahora sacaré los pasajes.
Después de esa llamada me he hecho muchas preguntas, por ejemplo si los detectives llevan maletìn , si escriben los casos,entre otras. Entonces por las dudas me hice mi maletìn…
A las 15:30 yo ya había llegado a la estación cuando vi al señor Okay.
-Buenos días, Jefferson.
-Oh , buenos días,señor Bingo. – me dijo un poco nervioso
-¿Cómo está hoy?-le dije
-Muy bien ¿Y usted? Tengo una pregunta ,¿Cómo se llama esta señora?
-Bien , gracias. Esa es una muy buena pregunta porque de hecho… no me lo ha dicho. -le dije muy reflexivo.
-Está bien , no importa , apurémonos porque se nos va a ir el tren. Ya saqué los pasajes.-le dije orgulloso.
Sin más palabras fuimos a tomar el tren. Apenas salió el tren yo había visto algo muy raro.Allí,tres filas a la derecha adelante nuestro, estaba Vincent Baker, un compañero de clases de las clases de Jiu Jitsu. Por supuesto mi compañero era su maestro, pero a ninguno de los dos nos caía bien. ¿Por qué estaría en ese avión?
Vincent estaba muy nervioso , nadie en ese avión estaba nervioso , solo él ¿Se le habrá muerto un familiar? ¿Habrá hecho algo malo? O , a lo mejor, le tenía miedo al avión o puede ser que no le haya pasado nada. Aunque no nos caía bien, nos preocupamos un poco por él y decidimos ir a preguntarle por qué estaba tan nervioso
-Hola , mi querido amigo Vincent.
-Hola… Perdón ¿Cómo era tu nombre? –dijo él, por esa razón era que lo odiábamos, él se creía perfecto , era mentira que no se acordaba de mi nombre ,él lo sabe, y muy bien.
-Albert-le dije yo mirándolo con cara de odio.
-Ah , cierto , Albert…-dijo Vincent muy nervioso.
-Hola Vincent , ¿Cómo anda todo? – dijo Jefferson apareciendo de golpe.
-Oh , hola profesor Okay… ¿Qué están haciendo aquí?
Los dos nos miramos muy convencidos de no decir que trabajábamos en un caso , no queríamos decirlo por las dudas de que nos oculte algo.
-Estamos… estamos… -dije yo pensando mucho y mirando a Okay.
-¡Paseando! Nos queríamos dar unas vacaciones y como sabe usted , somos muy amigos,entonces decidimos venir juntos.- dijo Okay un poco nervioso, pero convencido al mismo tiempo.
-Ah, mire que bien…-dijo Baker.
-¿Y qué está haciendo usted aquí?- le pregunté muy intrigado.
-Yo vivo aquí ,pero vine para Vancouver para ir a las clases de Jiu Jitsu ¡Me fascinan! – Dijo él muy nervioso.
-Ah , no sabíamos eso… ¿Por qué está tan nervioso? – le pregunté yo.
-¿Nervioso? ¿Yo? No lo he notado , pero puede ser porque tengo claustrofobia y este lugar está muy cerrado.- dijo transpirando.Pero no le creímos ni un poco.
-Ojalá esté mejor. Nos vemos después – dijo Okay.
-Sí , nos vemos después.- dijo Baker.
Cuando llegamos a nuestros asientos Jefferson empezó a anotar y a anotar lo ocurrido.
Nos pusimos a hablar sobre lo que pasó muy bajito para que Vincent no pudiera oírnos;
-Todavía no sabemos lo que pasó pero estoy seguro de que Baker es el culpable.-me dijo Okay.
-Puede ser , yo también pienso eso.
Cuando llegamos a Toronto quisimos ir a saludar a Vincent Baker , pero no lo encontramos. Fue como si hubiese desaparecido.
Nos estábamos yendo cuando vimos un señor con un cartel que decía:
´´Señor Bingo y Okay´´
Perfecto pensamos los dos , María había llamado a alguien para que nos llevara al hotel.
-Buenas tardes. Permítanme ayudarles con eso.-dijo el chofer agarrando nuestro equipaje.
El caso era que no era una camioneta como nos habíamos imaginado ¡Era una limosina!
-Los llevo al hotel Hilton ¿No?-dijo el chofer.
Sí.-le dije yo muy sorprendido.
Fue raro que nos diga eso porque faltaban dos horas para encontrarnos con la señora.¿Cómo sabía que nos alojábamos allí?
Lo único que hicimos en ese particular auto fue relajarnos y tomar unos tragos , no pensamos ni un poco en el caso. Estábamos muy cansados.
Cuando llegamos al hotel , el chofer se fue muy rápido , antes de que pudiéramos agradecerle.En el momento en que nos dieron la habitación , el señor Jefferson desempacó su equipaje y yo me acosté en mi cama. Yo no podía más del cansancio, estaba agotado. Estaba tan cansado que me quedé dormido.
Cuando me desperté me di cuenta de que Jefferson ya no estaba ¡Eran las 18:15 hs! Ya tenía que estar abajo , en el bar. Bajé corriendo cuando vi a la señora y a Okay.
-Buenas tardes , señor Bingo . El señor Okay me ha dicho su nombre mientras lo esperábamos , espero que no le moleste – dijo la señora muy amablemente.
-Pues claro que no me molesta ¡Pero yo no sé su nombre!-dije con un toque de gracia.
-Perdóneme, mi nombre es María Verto.
-Bueno ¿Para qué nos ha llamado esta mañana?-dijo Okay muy intrigado.
-Oh sí , claro , perdónenme … El problema es que hace unos meses ha estado pasando algo muy raro con el cartero. Siempre cuando dejaba la correspondencia en mi buzòn se quedaba mirando mi casa muy sospechosamente , como si quisiera entrar. He estado observando eso durante semanas …A lo mejor no lo sabían pero yo soy descendiente de la familia Verto , una familia muy importante a nivel musical,somos muy reconocidos por tener un piano muy famoso,seguro han escuchado de él, se llama ´´Vesical´´. Entonces cuando un familiar se muere se le otorga el piano al siguiente descendiente ,y así sucesivamente. Este año me tocò a mí , por lo cual lo tengo en mi casa. Este no es un piano normal , es un piano muy importante!! Está forrado en oro con cristales y plata. Tiene 849 teclas(por eso es muy pero muy grande) .Mucha gente està interesada en comprarlo por muchísimo dinero, pero no està en venta. Siempre el cartero me pregunta por el piano y si se vende por lo cual pienso que siempre se asoma para entrar a la casa y robarlo. Hace dos días el piano ha desaparecido y desde ese momento el cartero no ha venido màs. Pienso que èl se lo robò. –Dijo Verto muy angustiada.
-Perfecto , según los datos que nos da debemos ir a su casa a investigar¿Dònde vive usted? –pregunté muy interesado.
-Yo vivo aquí cerca , a unas tres calles.
-¿Ha encontrado algún objeto desconocido o particular en su casa?-preguntó Jefferson Okay.
-De hecho sí,he encontrado un par de guantes. Seguramente son del ladròn, pero los usò para cubrir sus huellas.Esos guantes son idénticos a los del cartero , son suyos. Pero después del robo vì al cartero usando sus guantes . Quizás tenía dos pares, pero estoy segura de que él me robò el piano.-dijo la señora muy reflexiva.
-Bueno. Necesitamos ir a su casa para investigar.-dijo el señor Okay.
-Perfecto. Es entre la Quinta y la Décima. Verán una casa muy grande y moderna. Allí los espero mañana a las 13 hs. No es tan lejos , está a unas tres calles de aquí.-dijo María Verto.
-Ah , le quería agradecer por la limosina que nos mandó , estamos muy agradecidos. – le dije a María
-Una pregunta,¿Cómo el chofer escribió nuestros nombres si usted no los sabía.-dijo Okay rápidamente.
-¿Chofer? Yo no he mandado ningún chofer.
-Qué raro.-dije yo.
-Buenas noches , hasta mañana.-dijo Verto.
-Hasta mañana- le dije.
Jefferson y yo nos hemos hecho muchas preguntas ¿Quién había mandado ese auto? ¿Cómo sabía nuestros nombres?¿Era una pista?
Como estábamos tan cansados lo único que podíamos hacer era ir a dormír. Dormimos hasta las diez de la mañana, bastante tarde. Yo no podía dormirme, tenía sueños muy raros.
Yo me di una ducha mientras Okay registraba los hechos. Todo esto era muy misterioso…
No teníamos mucho tiempo , por lo cual decidimos ir a la casa de la señora Verto un rato antes.
-¡Buenos días!-dijo María –Qué bueno que llegaron.
-Buenos días, señora. – dijo Okay.
-Primero que todo… tomen, son los guantes de los que les hablé. – dijo dándome los guantes.
-Muchas gracias¿Nos podríamos llevar esos guantes?
-Claro. Pasen- dijo ella.
-Gracias. ¿Cuándo fue la última vez que ha visto al cartero?-preguntó mi compañero.
-Hace dos días, una hora después del caso. Como les dije él estaba corriendo con unos guantes iguales a estos.
-¿Sabe dónde vive o dónde podemos encontrarlo?-pregunté.
-No…-dijo con bronca la señora Verto.
-¿Usted va a ver todos los días si el piano está en su lugar? –preguntó Okay.
-Pues claro , lo guardo con llave y lo limpio todos los días-dijo orgullosa.
-¿Vive sola?
-No. Vivo con mi marido.Pero no lo veo hace un par de días.
-¿Desde cuándo no lo ha visto?- preguntó Okay sobresaltado.
-Desde hace cinco días , tiene cosas que hacer . Va y viene todo el tiempo.
-¿A dónde va?-pregunté.
-A Vancouver , Canadá. Por suerte no tiene que salir del país…-dijo aliviada.
- ¿Qué va a hacer a Vancouver?
-Clases de Jiu Jitsu.- dijo María.
-Por casualidad ¿su esposo se llama Vincent Baker?- preguntó Jefferson.
-Sí…¿¡Cómo lo saben!? Wow , en realidad son buenos. –dijo María muy sorprendida.
Jefferson y yo no queríamos que supiese que en realidad no éramos detectives. Pero no podíamos mentír más.
-Es que yo soy su profesor y Bingo es su compañero.- dijo Okay.
-¿No eran detectives?-preguntó María muy confundida.
-No , perdónenos.-dije.
-¡Genial! Acabo de descubrir a unos geniales detectives. ¡Se volverán famosos! Ya me imagino los diarios. Son unos detectives secretos con una doble vida. Los felicito.- dijo María muy contenta.
-¿No le enoja que le hayamos mentido?-preguntó Okay.
-Claro que no, eso es lo de menos .No se preocupen.
-¿Podríamos ver su casa?-pregunté.
-Claro.-dijo Verto.
Mientras veíamos su casa tomábamos registro de todo.Pero vimos algo muy extraño cuando llegábamos a la cocina.¡Estaba la ropa del cartero y su bolso!
-¿¡Cómo llegó eso ahí!? ¿Ven? ¡Les dije que había sido el cartero!
Jefferson y yo nos quedamos muy sorprendidos. No teníamos palabras.
-Gracias. Lo razonaremos y mañana nos vemos. – dijo Okay.
-Gracias a ustedes . Nos vemos.- dijo María saludándonos.
Cuando llegamos al hotel nos pusimos a almorzar y mientras hablamos del caso.
-Que difícil caso ¿No? – dijo Jefferson Okay- ¿Usted ya sabe quién fue?
-¡Pues claro!-dijo riendo- Ha sido muy difícil pero lo pude adivinar. El enigma ya está resuelto.
-Dígamelo por favor.-dijo mi compañero.
-No ha sido ni Vincent Baker ni el cartero. Vincent estaba en ese tren porque estaba volviendo de Vancouver , de las clases de Jiu Jitsu y también se fue porque se quería relajar un poco. Su esposa lo vuelve loco. Baker estaba muy nervioso debido a que , nada más y nada menos que, su esposa , rompió el piano y culpó al cartero. Vincent la quiere mucho, entonces estaba nervioso porque no quiere que la arresten.
-¿Y por qué hizo eso?-preguntó Okay muy interesado.
-Lo hizo para que arresten al cartero porque ella dice que él se lleva sus revistas de moda para su esposa , entonces le tiene bronca y lo amenazó para que no salga de su casa ese día que lo vio yendo a correr. Los restos del piano tan valioso los ocultó en la casa del cartero para que nadie sospechara de ella, pero no hizo un buen trabajo.- dije.
-¿Y cómo ha llegado usted a eso , mi querido amigo Albert?
-Llegué a eso debido a que , María, quiere culpar al cartero sin saber nada más. La ropa y el bolso del cartero en realidad son falsos , no son del cartero , esas cosas las ha comprado en Ebay, lo sé porque vi la factura en la remera. También me ayudó mucho el tema de Vincent que estaba nervioso . Lo que no pude descubrir por ahora es quién nos ha mandado esa limosina. –dije muy reflexivo.
-Me he quedado sin palabras señor. –dijo Okay tartamudeando.
-Hay que buscar al cartero y urgente.-dije.
-Ya me adelanté. Encontré esto en el bolso de María, no pude evitar sacarlo- dijo Jefferson entregándome una nota con la dirección del cartero.
-Wow ¡Lo felicito! ¿Qué estamos esperando? ¡Hay que ir a buscarlo!- dije.
Cuando llegamos a esa humilde casa tocamos timbre, pero nadie nos abrió, después de un largo rato el cartero decidió salir.
-Rapido , entren.-dijo el cartero.-¿Quiénes son?
-Somos unos detectives. Estamos en el caso de María Verto.-dije.
-Por favor ¡No me hagan nada!-dijo protegiéndose.
-Tranquilo , no le haremos nada . ¿Usted ha robado el piano?-preguntó Okay.
-No.
-¿Por qué?-pregunté yo.
-Yo no pude haber robado el piano debido a que en ese momento yo me fui a correr.-dijo el cartero.
-¿Cuál es su nombre?
-James Smith-dijo.
-¿Ha perdido algo después de lo ocurrido?-pregunto Okay.
-Sí. Mi bolso. No lo encuentro por ninguna parte.
-Muchas gracias, señor-dije-tenemos que irnos.
-Adiós.-dijo abriéndonos la puerta.
Ya descartamos que el culpable fue el cartero ¡Yo tenía razón! Estaba muy contento.
Cuando le dijimos todo lo ocurrido a la policía, la metieron presa a María. No supimos nada más después de eso porque nos tuvimos que ir de vuelta a Vancouver.Caso cerrado , estábamos muy contentos,¡Fue nuestro primer caso! Lo único que nos quedó sin resolver fue quién nos había mandado esa limosina, era un misterio. Ojalá pudiéramos ser detectives y resolver otro caso…
¿Alguien nos llamaría otra vez?
Fin
Catalina Sola Klein
6-A 2015