-Eh... eh.. A.. ¡¡Amor!! ¡vo.. volviste..! - Estaba como a punto del infarto.
-¿Qué sucede? ¿Qué es eso tan valioso? ¿Y qué le pasó? - Preguntó el Sr. Hernández a su mujer.
-¿Me prometes que no me vas a odiar?
-¡Obvio mi amor! Pero ¿qué pasó?
-El lunes anterior, en el trabajo me empezó a arder el dedo índice de la mano izquierda y me saqué los anillos que me diste en nuestro casamiento, el anillo de compromiso y el otro que me regalaste. Los dejé sobre la mesa y me fui a lavar el dedo, pero cuando volví no estaban, los busqué y los busqué y no aparecían. Supuse que te ibas a enojar mucho conmigo.
Luego no recuerdo bien cómo siguió, sé que él no se enojó y todo acabó bien, al menos eso creo. Algo que sí recuerdo, es que luego de analizar el caso de donde estaban los anillos surgió esto:
-De acuerdo, pero ¿cómo es que “Desaparecieron los anillos”?- preguntó David.
-No lo sé, volví y no estaban...- respondió la mujer de Franco.
-¿No había nadie más en la sala?- Preguntó John.
-No, mis compañeras me acompañaron a lavarme el ded.... -Respondió y se pausó.
-¿Qué sucede? - preguntó su marido
-¡MARTA! -gritó,- ¡Fue Marta! ¡Marta me los robó! El resto de mis compañeras me acompañaron y ella se quedó sola allá... no me lo esperaba de ella...
-Deberíamos hablar con ella- dijo mi hijo.
Y luego, pasó lo que pasó, Marta terminó confesando, le devolvió los anillos y acto seguido fue encarcelada por 5 años.