Hercules
Desde antes de nacer Hércules estaba destinado a ser rey. Así lo había prometido Zeus diciendo que el primer descendiente de Perseo que naciese sería el futuro rey de Argos. Hera no podía soportar la idea de que ese hijo ilegítimo reinase así que pidió ayuda a Ilitía, hija suya además de diosa de los alumbramiento, e hizo retrasar el parto de la mamá de Hércules y adelantar el de uno de sus primos, Euristeo, que nació sietemesino. No está mal la venganza, ¿ verdad? Pues esto solo es el principio.
El nacimiento lo retrasaron todo lo que pudieron hasta que por fin Alcmena, así se llamaba la mamá de Hércules dio a luz en un parto de mellizos a Hércules y a su hermano Ificles. Y aunque ya le había desposeído de su reino, por la cabeza de Hera seguía rondando la idea de deshacerse de Hércules. El primer intento lo llevó a cabo cuando éste era un bebé de tan solo diez meses enviándole dos enormes serpientes a su habitación que se enroscaron en los cuerpos de él y de su hermano para matarles.
No os creáis que Hércules se asustó. Cuando entró Anfitrión, el marido de su madre en la habitación alertado por los gritos y llantos de espanto de su hermano, se encontró a los dos bebés jugando con los cuerpos de las enormes serpientes.
Hércules entre risas y como si de dos juguetes se tratasen, había cogido a cada una de ellas del cuello y las había estrangulado con la fuerza de sus manitas de bebé. Desde ese momento a nadie le quedó ninguna duda: Hércules era hijo de Zeus.
La leyenda del héroe comenzaba a forjarse.
Hércules continuó creciendo. Aprendió a usar el arco y las flechas, a luchar cuerpo a cuerpo y a tocar el laúd. Con dieciocho años alcanzó la nada desdeñable altura de cuatro codos y un pie, que serían más o menos un metro noventa y ocho centímetro de nuestro sistema de medición. Pronto sus hazañas, en las que siempre destacaba por su valentía y su fuerza descomunal, se fueron extendiendo. No era para menos Hércules había sido capaz ya de vencer, sin más armas que sus manos, a un inmenso león que devastaba los rebaños de Anfitrión, su padre adoptivo. Desde entonces la capa de nuestro héroe fue la piel de ese león.
Pero no contento con esto, cuando volvió a Tebas después de semejante hazaña se encontró la ciudad llena de enemigos. ¿ Qué hizo Hércules? Luchar solo contra todo este ejército, y por supuesto vencer.