cuentos medievales Santiago Moncada Silva | Page 11
Y abrió la puerta de hierro para mirar. En ese instante salió una bocanada de humo y la
bruja se deshizo. Solo quedaron un puñado de polvo y un manojo de llaves.
Gretel recogió las llaves y corrió a liberar a su hermanito.Antes de huir de la casa, los
dos niños buscaron comida para el viaje. Pero, cual sería su sorpresa cuando
encontraron montones de cofres con oro y piedras preciosas! Recogieron todo lo que
pudieron y huyeron rápidamente.
Tras mucho andar llegaron a un enorme lago y se sentaron tristes junto al agua, mirando
la otra orilla. ¡Estaba tan lejos!
-“¿Queréis que os cruce?”, preguntó de pronto una voz entre los juncos.
Era un enorme cisne blanco, que en un santiamén los dejó en la otra orilla. ¿Y adivinen
quien estaba cortando leña justamente en ese lugar? ¡El papá de los chicos!
Sí, el papá que lloró de alegría al verlos sanos y salvos. Después de los abrazos y los
besos, Hansel y Gretel le mostraron las riquezas que traían, y tras agradecer al cisne su
oportuna ayuda, corrieron todos a reunirse con la mamá.