Cuentos de los Herm anos Grimm
EDITORIAL DIG ITAL - IMPRENTA NAC IONAL
costa rica
Los Dos Compañeros de Viaje
Las montañas no se encuentran nunca, pero los hombres se encuentran y con mucha frecuencia
los buenos con los malos. Un zapatero y un sastre se encontraron frente a frente en sus viajes o
correrías por su país. El sastre era un hombre bajito, muy alegre y de muy buen humor. Vio venir
hacia él al zapatero, y conociendo su oficio por el paquete que llevaba debajo del brazo, se puso a
cantar una canción burlesca:
Procura que tus puntadas
queden bien aseguradas;
poco a poco estira el hilo
para que no queden en vilo.
Pero el zapatero, que no entendía de chanzas, puso una cara como si hubiera bebido vinagre: parecía
que iba a saltar encima del sastre. Por fortuna, nuestro hombre le dijo, riendo y presentándole su
calabaza:
-Vamos, eso era una broma; echa un trago para apagar la bilis.
El zapatero bebió un trago y el aire de su rostro cambió un poco en su apariencia. Devolvió la
calabaza al sastre, diciéndole:
-No me he querido negar a vuestra invitación: he bebido por la sed presente y por la sed futura.
¿Queréis que viajemos juntos?
-Con mucho gusto, -dijo el sastre-, siempre que vayamos a alguna gran ciudad, donde no falte
trabajo.
-Esa es mi intención, -dijo el zapatero-; en los lugares pequeños no hay nada que hacer: las gentes
van con los pies descalzos.
Y comenzaron a caminar juntos a pie, como los perros del rey.
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