CUENTOS HERMANOS GRIM cuentos_hermanos_grimm_edincr | Page 19

Cuentos de los Herm anos Grimm EDITORIAL DIG ITAL - IMPRENTA NAC IONAL costa rica El Judío en las Espinas Un hombre rico tenía un criado que le servía con la mayor fidelidad: era el primero que se levantaba por la mañana, y el último que se acostaba por la noche. Cuando había alguna cosa difícil que hacer, de la cual huían los otros, se ponía siempre a ejecutarla sin vacilar; nunca se quejaba y siempre estaba contento y alegre. Al espirar el plazo de su ajuste, no le pagó su amo. Con esta astuta conducta, pensaba para sí, ahorro mi dinero, y no pudiendo marcharse mi criado, queda a mi servicio. El criado no reclamó; el segundo año pasó como el primero, tampoco recibió su salario, pero no dijo nada y continuó con su amo. Al terminar el tercer año, el amo acabó por acordarse; llevó la mano a su bolsillo pero no sacó nada. El criado se decidió por último a decirle: -Señor, os he servido fielmente, durante tres años; sed bastante bueno para darme lo que en justicia me pertenece; quiero marcharme a ver el mundo. -Sí, amigo mío, sí, -le respondió su avaro amo-; sí, tú me has servido bien y se te pagará bien. En seguida sacó tres ochavos de su bolsillo y se los dio uno a uno: -Te doy un ochavo por cada año. Esto hace una fuerte suma; en ninguna parte te hubieran dado un salario tan grande. El pobre muchacho, que no entendía de monedas, tomó su capital y dijo: -Ya tengo el bolsillo bien repleto; ¿qué cosa mala puede suceder