Cuando vio que aparecía el carruaje, el gato salió de su escondite
gritando:
-¡Ayuda!¡Mi señor el marqués de carabás ha sido asaltado por
unos ladrones!¡Han aprovechado que se estaba bañando y le han
robado hasta la ropa!
Al rey le faltó tiempo para reaccionar y mandar a sus servidores
que vistieran con los más ricos ropajes al marqués de Carabás.
Felices y contentos regresaron todos a palacio, donde el monarca
decidió casarle con su única hija, la princesa Florlinda.
Y así fue: el gato con botas, con su ingenio, consiguió hacer de su
amo todo un príncipe.
Ya rey, el antiguo marqués nombró a su gato gran chambelán,
que es, después de sus majestades, quien más manda en el reino.
Fin
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