La Sirenita siguió subiendo a la superficie todos los días con la esperanza de ver a su
príncipe, pero nunca lo veía y cada vez regresaba más triste al fondo del mar. Pero
un día se armó de valor y decidió visitar a la bruja del mar para que le ayudara a ser
humana. Estaba tan enamorada que era capaz de pagar a cambio cualquier precio,
por alto que fuera. Y vaya si lo fue.
- Te prepararé tu brebaje y podrás tener dos piernecitas. Pero a cambio… ¡deberás
pagar un precio!
- Quiero tu don más preciado, ¡tu voz!
- ¿Mi voz? Pero si no hablo, ¿cómo voy a enamorar al príncipe?
- Tendrás que apañarte sin ella. Si no, no hay trato
- Está bien
La malvada bruja le advirtió que nunca más podría volver al mar y que si no
conseguía enamorar al príncipe y éste contraía matrimonio con otra mujer, moriría y
se convertiría en espuma de mar. La Sirenita estaba muy asustada pero a pesar de
todo, aceptó el trato.
La sirena se tomó la pócima y se despertó en la orilla de la playa al día siguiente. Su
cola de sirena ya no estaba, en su lugar tenía dos piernas. El príncipe la encontró y le
preguntó quién era y cómo había llegado hasta allí, la sirena intentó contestar pero
recordó que había entregado su voz a la bruja. A pesar de esto la llevó hasta su
castillo y dejó que se quedara allí. Entre los dos surgió una bonita amistad y cada vez
pasaban más tiempo juntos.
PLa Sirenitaasó el tiempo y el príncipe le anunció al día siguiente su boda con la hija
del rey vecino. La pobre sirena se llenó de tristeza al oír sus palabras pero a pesar de
eso lo acompañó en la celebración de sus nupcias y celebró su felicidad como el
resto de los invitados. Pero sabía que esa sería su última noche, pues tal y como le
había advertido la bruja, se convertiría en espuma de mar al alba. A punto de
amanecer, mientras contemplaba triste el horizonte, aparecieron sus hermanas con un
cuchillo entre las manos. Era un cuchillo mágico que les había dado la bruja a
cambio de sus cabellos y con el que si lograba matar al príncipe podría volver a
convertirse en sirena.
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