El cuento de los enanos y de María la huerfanita.
Maria Konopnicka- Polonia.
Ese año el invierno fue muy duro y largo... Los enanos, como cada año, lo pasaban
en “la Cueva de Cristal”; por supuesto no iban a la helada nieve. Allí más y más
ansiosamente esperaban la llegada de la primavera.
Błystek*, que era el rey de los enanos, era el más impaciente. De vez en cuando les
ordenaba buscar signos de la primavera, pero aún no había lugar para verla. Hacía
tanto frío que el rey se congelaba a su trono…
Finalmente, la primavera comenzó a acercarse; los hielos se derretían y los enanos
empezaron a estornudar.
El rey envió un cronista educado, Koszałka – Opałka, para revisar lo que pasaba
sobre la tierra. El enano se marchó inmediatamente llevando un gran libro, un tintero
y una pluma. Llegó a una aldea, donde un zorro estaba robando las gallinas de los
granjeros.
Allí había un desorden total, todo el mundo pensaba, ¿qué se puede hacer con el
zorro? Opałek entendía muy poco de esto. Pero era inteligente y un cronista
escrupuloso y debía anotar el evento en el libro.
Él escribió que los “Tatarzy” ([Tártaros] “grupo de personas turcas de Europa
Central y Oriental y Asia Central. Eso hace al aspecto histórico”) atacaron el pueblo;
ya que las personas siempre le echaban la culpa de los disturbios en los pueblos a
ellos.
Koszałek fue saludado calurosamente por los pastores. Lo invitaron a sentarse junto
a ellos al fuego y le ofrecieron patatas. El cronista adoraba a los niños y con mucho
gusto les contó muchas historias interesantes a los pastores y a ellos…
Decía que en el pasado a los enanos les iba mejor... Los enanos vivían con la gente,
los cuales los llamaron GNOMOS, les ayudaban en la granja y el hogar, y tenían
amistad con ellos.
Después del bautismo de Polonia, en tiempos de Mieszko I (primer rey de Polonia),
ángeles ocuparon el lugar de los Enanos y estos empezaron a bajar de peso, ponerse
negros y perder fuerza. Escaparon de la gente, por temor a las campanas ruidosas de
la iglesia. Después se escondieron de la gente y vivieron en lugares apartados.
Por la tarde Koszałek se despidió de los niños y se marchó al bosque. Estaba muy
oscuro y el enano cayó en una madriguera donde vivía el zorro Sadełko(un nombre
que significa grasita). La pluma del cronista le resultó muy interesante al zorro.
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