-He descubierto algo en lo que soy bueno –dijo Luca. Después le contó todo lo
que había ocurrido en la pista de atletismo.
-Haber ganado un par de carreras no te convierte en un gran atleta, Luca –dijo su
padre-. Cuando empieces a competir encontrarás gente muy buena. Entrenar es
muy duro y las carreras son muy exigentes.
-Lo sé, pero eso no me importa –dijo Luca-. Por primera vez en mi vida siento que
puedo ser bueno en un deporte y no pienso desaprovechar la oportunidad de
intentarlo.
Lo más curioso de todo es que Luca no solo se convirtió en poco tiempo en un
gran atleta, sino que también mejoró en otros deportes, y no solo por ser el que
más corría en la pista.
-Parece que lo que a mí me faltaba era un empujón –dijo un día Luca a su madre.
-Más bien lo que te faltaba era algo que te hiciera confiar en ti mismo –dijo su
madre.
Y así fue como Luca empezó la carrera que algún día le llevaría a ser clasificado
para participar en los juegos olímpicos.
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