A veces piensas qué es lo adecuado, qué es lo mejor, pero nuestros pensamientos dependen mucho de las situaciones. Por eso, antes de hacer las cosas debes pensarlo dos veces o incluso hasta tres.
Es complicado poner tus pensamientos en una balanza y ver si pesará más lo bueno o lo malo de las consecuencias de tus acciones, lo sé porque he pasado por eso.
El ser humano no es perfecto y se castiga así mismo por su forma de actuar.
Sin pensarlo hacemos muchas tonterias creyendo que merece la pena. Pero no es lo correcto. Decides hacer las cosas mal por una mala influencia, un mal día, un mal pensamiento y después, al sufrir las consecuencias, es cuando te arrepientes.