Cuadernos Médicos Sociales 2019; Vol 59 N°1 | Page 82

que contribuye a la explicación de inequidades en- tre los distintos grupos de población (Cabieses, 2014). Por su parte, la demanda de bienes y ser- vicios en el ámbito de la salud, implican un gran desafío para los países receptores, así como para los inmigrantes por sí mismos, debido a la baja disponibilidad de información y dificultad de ac- ceso a los sistemas de salud a la cual se enfrentan, lo cual suma riesgos sicológicos y biológicos a las inequidades sociales y condiciones propias de la movilización (2015). El Continente Americano, presenta un flujo im- portante de migraciones. Hacia el norte: Estados Unidos y Canadá, y hacia el sur: Chile y Argentina. Según la Organización Internacional para las Migraciones, en Chile, “la fortaleza económica y el deterioro de la situación en otros países lati- noamericanos, ha hecho del país una alternativa atractiva para los migrantes regionales” (OIM, 2013) . Según datos del último censo poblacional del año 2017 en Chile, los inmigrantes represen- tan un 4,35% de la población nacional, con una concentración prevalente de población peruana, colombiana y venezolana y adicionalmente con un sostenido aumento de grupos humanos pro- venientes de América central y el Caribe, princi- palmente de Haití (INE, 2018). Considerando un enfoque de género y deter- minantes sociales, es relevante señalar que actual- mente en Chile más de la mitad de la población inmigrante corresponde a mujeres (INE, 2018). Encontrándose en su mayoría en edad reproduc- tiva y ejerciendo empleos principalmente de servi- cios domésticos, tanto formales como informales, que las hacen aún más vulnerables en cuanto a su situación social y de salud, principalmente en salud reproductiva (INDH, 2011; OEGS, 2013). En respuesta a lo anterior, se han generado en Chile acciones e iniciativas para facilitar la incor- poración de beneficios de atención en salud re- productiva para el colectivo inmigrante, todas ellas tendientes a asegurar sus derechos en salud. Entre estos derechos, se encuentra el acceso a la atención de urgencia y a la protección de la ma- ternidad en el caso propio de las mujeres (Minsal, 2013). No obstante lo anterior, en la literatura se observan a lo menos dos problemáticas que afec- tan la situación de salud en general, y obstétrica y perinatal en particular, de las mujeres inmigrantes. En primer lugar, la vulnerabilidad en relación a la discriminación que afecta a las mujeres durante su atención en salud y, por otra parte, la estigmatiza- ción en relación a su situación de salud, en par- ticular a sus resultados obstétricos y perinatales. Ortiz J., et al. Respecto a la problemática de discriminación a la cual se pueden ver enfrentadas, se ha reportado en Chile estigmatización social y cultural de la po- blación inmigrante, caracterizada por una estereo- tipación social negativa, principalmente en muje- res latinoamericanas (Stefoni, 2002; Serra, 2017). Dicha estereotipación, incluso se extrapola a otros grupos de mayor vulnerabilidad como recién na- cidos y niños hijos de inmigrantes (Pavez, 2012). Según un informe de la Fundación “Instituto de la mujer”, el cual da cuenta de la calidad de vida de mujeres inmigrantes, demostró que la mayoría de ellas viven en situaciones precarias, desconocen sus derechos de salud sexual y salud reproductiva y además ignoran el funcionamiento de las institu- ciones públicas, lo cual las pone en una situación de evidente vulnerabilidad, enfrentando notorias desigualdades ligadas a su condición de inmigran- te y al desconocimiento de las gestiones realizadas por las propias instituciones públicas y de los pro- fesionales que la conforman (Fundación Instituto de la mujer, 2011). Adicionalmente, el temor a la discriminación por sí misma, asociada a su situa- ción migratoria, retarda las consultas y controles relacionados con su salud reproductiva, expo- niéndolas a un riesgo potencial respecto a ésta. Por su parte, las barreras idiomáticas también se han señalado como fuente de acceso inequitativo a la atención en salud y fuente de mayor vulnera- ción de derechos. Respecto a la salud materna y perinatal de la población inmigrante, el potencial aumento de la natalidad en esta población ha siendo señalado como uno de los posibles factores que podría ex- plicar el aumento de la mortalidad perinatal en los últimos años en Chile (Donoso, 2011). Sin embar- go, es necesario preguntarse si efectivamente ¿la condición de inmigrante aumenta el riesgo de te- ner resultados obstétricos y perinatales adversos? Respecto a la literatura internacional, el efecto que tiene la condición de inmigrante en la salud en general es controversial. Lo mismo ocurre en sa- lud materna y perinatal; mientras en Europa se ha reportado un mayor riesgo perinatal en las mujeres inmigrantes comparadas con la población nativa (Ravelli, 2011; Almeida, 2013), en Norteamérica, diversos estudios realizados en gestantes y sus re- cién nacidos, relevan el concepto de “inmigrante saludable” al demostrarse menor riesgo materno y perinatal en gestantes inmigrantes respecto a las nativas (Elo, 2014; Miller, 2016). Por su par- te en Chile, en un estudio realizado el año 2012 en el Hospital San Borja Arriarán, se demostró que las gestantes inmigrantes tienen menor riesgo 80