Cuadernos Médicos Sociales 2019; Vol 59 N°1 | Page 54

fuertes pendientes, los suelos frágiles y los cursos de agua limitan la realización de esas aptitudes; es evidente que también las restringen las urbaniza- ciones, las represas y los caminos. Las plantaciones con especies exóticas – pino insigne y eucalipto – fueron incentivadas fuerte- mente con el DL 701 de 1974; estos incentivos se extinguieron en diciembre del 2012, pero las industrias que así se originaron están firmemente arraigadas y además la ley prevé que por cada uno de estos árboles que se corta, se planten dos 7 . Estas plantaciones crean paisajes homo- géneos, vulnerables para incendios (IALE Chile, 2017) 8 . BENEFICIOS DE LOS BOSQUES La fotosíntesis ha hecho posible la vida en el planeta. Genera oxígeno y absorbe dióxido de carbono. Este segundo efecto juega un papel en frenar el calentamiento global desencadena- do por el hombre al intensificar las emisiones de CO ² derivadas del uso de combustibles fósi- les como el carbón y el gas natural 4 , y también la generación de otros gases de efecto similar. Se calcula que la deforestación aumenta en un 20 % la sobrecarga de carbono en el ambiente 5 (Montoya-Aguilar, 2009). Al reducir el ritmo del cambio climático, los bosques ayudan significati- vamente a regular el régimen hídrico, a proteger a los terrenos de la erosión, de la lluvia ácida, de la contaminación con metales pesados; y sobre todo protegen la salud física, mental y social de las personas; son también fuente de alimentos y de medicamentos. Una hectárea de bosque fija unas 20 tons. de CO 2 al año; ese carbono perma- nece fijado en la madera y sus derivados, mien- tras no sean quemados. En Chile se procura conservar el bosque na- tivo, que es ecológicamente el más importante para el largo plazo, por su adaptabilidad, auto-re- gulación y utilidad: quillayes, peumos, bellotos, robles, maitenes, canelos, cipreses de la cordille- ra, araucarias, raulíes, pataguas, lengas, pimientos, acacias, temus, arrayanes, mañíos, lingues, lumas, melis, queules, avellanos, radales, petras, ulmos, coihues, naranjillos, canelillos, tiques, sauces, tayus, palmas chilenas. El gobierno ha creado cien “áreas silvestres protegidas” que abarcan 14 millones de hectáreas (18 % del territorio), en las cuales hay 3,9 millones de hectáreas de bosques, equivalentes a un cuarto del área total con bos- que nativo 6 . La ley pertinente, “de protección, recuperación y mejora de los bosques nativos” fue dictada en el 2008 y tiene el N° 20.283. RECUPERAR EL BIEN AMBIENTAL PERDIDO. En relación con el bosque nativo, la meta de- bería ser no sólo conservar lo que hay, sino recu- perar gradualmente lo que hubo en Chile antes de la conquista 9 : hay aquí una importante tarea para los historiadores, botánicos y arqueólo- gos. Se sabe que en 1838 Claudio Gay ofició al Ministerio del Interior informando sobre la mag- nitud de la destrucción de la masa forestal por la minería. Él y otros, en un informe de 1839, describieron el gran cambio producido en los 50 años anteriores. Vicuña Mackenna describió las rozas destinadas a despejar tierras para los cultivos de trigo. En 1872 Rafael Larraín Moxó atribuyó “la gran disminución de los bosques en- tre los ríos Copiapó y Maipo a la minería y los hornos de fundición”. En 1883 el intendente de Tarapacá, Francisco Valdés Vergara, prohibió el corte de madera en la Pampa del Tamarugal y en 1885 se designó el primer guardabosque para proteger el Bosque de la Soledad, en la zona de Pozo Almonte. Federico Albert logró en 1900 que se creara la “Sección de Ensayos Zoológicos y Botánicos”, después “Inspección General de Bosques, Pesca y Caza” (1912), en el Ministerio de Industria y Obras Públicas. Entre 1907 y 1914 se crearon diez reservas forestales, desde la de Malleco hasta las de Puyehue, Petrohué y Chiloé. En 1973 el gobierno de la Unidad Popular creó la Corporación Nacional Forestal, sobre la base de la Corporación de Reforestación (1970), y en 1974 el gobierno militar entregó su dirección a 4  Entre 1990 y 2006 las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI) se duplicaron, llegando a 60 millones de toneladas de CO ² -eq., según el Ministerio de Medio Ambiente, Chile 2016: los factores fueron el crecimiento económico y el aumento de población. 5  Cuadernos Médico Sociales (Chile) 2009; 49 (4):293 6  CONAF y CONAMA, 1997. 7  CORMA. 8  Lo afirman la Sociedad Chilena de Ecología del Paisaje (IALE Chile, 2017) y el Centro de Desarrollo Urbano Sustentable de la PUC. 9  San Francisco de la Selva llamaron los conquistadores a Copiapó, celebrando sus espesas arboledas (Pía Montealegre, en El Mercurio, VD). Montoya-Aguilar C. 52