para la “Estrategia”. Me ordenó explicarle el
asunto al Subdirector Nacional. La Subdirección
Nacional revisaría lo propuesto en la “estrate-
gia” por su jerarquía superior a la Subdirección
Regional. Cuento corto: me espetó ¡qué tenía que
ver esto con salud!, luego exclamó “¡Así no puede
haber desarrollo!” sic. Le expliqué que conside-
rar los aspectos ecológicos en el desarrollo era la
única etapa que nos diferenciaría del desarrollo in-
dustrial de los países más avanzados, que después
de los daños producidos por ellos, ya “venían
de vuelta” con acciones para mitigar los daños.
Ignoraba que había que considerar salubridad,
existiendo un departamento especializado en el
MINSAL, una escuela de salubridad, etc., etc. Le
exprese que los planes de salubridad del MINSAL
nos habían diferenciado del resto de América
Latina, igualmente el SAG por sanidad pecuaria
y vegetal. Que Chile tenía condiciones muy favo-
rables para desarrollar en corto plazo una agroin-
dustria e industria de alimentos pesqueros. Que
convenía adoptar la reglamentación internacional
del uso de envases y etiquetas, lo que facilitaría la
exportación a futuro… Continúe agregando mu-
chas otras explicaciones, todo fue inútil.
Pocos días después, mandó a pedir el capítulo
en cuestión aduciendo que quería leerlo, yo sólo
tenía el manuscrito. Fui conminada a entregarlo
de inmediato, sin tiempo para ir a una fotocopia-
dora. Le manifesté mis aprensiones al Subdirector
Regional, él pecó de ingenuo, le creyó a su jefe que
lo devolvería a la brevedad. Pocos días después
me entero que lo botó al canasto de los papeles…
El tema quedó fuera de la “Estrategia”, ¡cuánto
daño se habría evitado si el planteamiento seña-
lado se hubiese tomado en cuenta! ¡Si se hubie-
sen implementado y perfeccionado! Ventanas no
estaría haciendo noticia por envenenar gente…
¡Cuantos culpables por décadas quedarán impu-
nes por graves daños a seres inocentes y atentar
contra la naturaleza!
Hará unos diez años que asistí a una clase ma-
gistral que dio Antonio Horvath Kiss a los titula-
dos de un post grado internacional en la facultad
de arquitectura de la U. de Chile. Versó sobre el
medio ambiente y la responsabilidad que nos ata-
ñe de cuidarlo, de no dañarlo. Tenía un archivador
con estudios de lugares dañados gravemente en
nuestro territorio, citó varios casos. Los escritos
tenían volumen como de 10 cm o más de espesor,
¡así habían aumentado de 5 casos en 1975 a “n”!
¡Cuántos más habrá agregado hasta poco antes de
su muerte!
Como todos saben, el avance de la ciencia y
Schlack N.
la tecnología ha sido enorme en estos 43 años,
incluidos los avances en mitigación de contami-
nación ambiental. En este aspecto más aun des-
de el término de la guerra fría buena parte de las
empresas dedicadas a la industria bélica derivaron
rápidamente a la investigación y producción para
aminorar y/o eliminar la contaminación. ¡Cuánta
inteligencia dedicada al tema! No hay excusas para
los que no toman las decisiones apropiadas para
no dañar el entorno y a todos los seres vivientes.
Lamentablemente mi vivencia de 1975 relatada
aquí no es la única en cuanto a autoridades renuen-
tes e insensibles ante el daño a seres humanos y a
ecosistemas, aún peor: sufrir animadversión de je-
fes(as) por proponer iniciativas de ahorro de ener-
gía, sistemas de energía renovable, enseñanzas de
cultivos orgánicos a partir de párvulos, etc., etc. Al
menos acordamos con el presidente del instituto
de ecología en 1976, que se abordará la enseñanza
del cuidado del medio ambiente en todos los gra-
dos de educación en el MINEDUC. La idea era
que se abordara principalmente en forma viven-
cial en contacto con la naturaleza. Poco después el
profesional del MINEDUC (abogado) se trasladó
a otra secretaría de estado y la iniciativa la trans-
formaron en un lato y árido ramo de ecología en
4° medio. Así se perdió todo el sentido del asunto,
pese a todos los escollos hoy hay una población
dispuesta a proteger la naturaleza. Debiéramos ser
mayoría….
Me preocupa: ¿Cuántos altos ejecutivos serán
los que carecen de la sensibilidad frente al dolor
ajeno incluyendo daños a la naturaleza? Es decir
mentes limítrofes en lo psicopático, bien lo saben
los penalistas de países desarrollados que aquellos
que maltratan animales poseen mentes criminales.
Ameritaría medir la sensibilidad frente al dolor
de otros mediante resonancia nuclear magnética
funcional para que se tomen las precauciones del
caso a fin de que ese tipo de personas no ocupen
cargos representativos ni ejecutivos en los pode-
res del estado, evitaríamos desde gobernantes psi-
cópatas a ejecutivos en la administración del esta-
do. Así evitaríamos dramas y tragedias. Ventanas
es un triste ejemplo de indolencia histórica e
insensibilidad.
A la situación dramática que se llegó en Quintero
- Ventanas - Puchuncaví por décadas por deci-
siones erróneas de las autoridades de turno, se
agrega la impactante información difundida am-
pliamente por los medios. Aquella que establecie-
ron erróneamente estándares permisivos lejos de
los aplicados en países desarrollados para hacer
posible el funcionamiento de una termoeléctrica
48