Cuad Méd Soc (Chile) 2018, 58 (4): 151
RESEÑAS
Máquinas y arte-sanos
Hugo Spinelli, Salud Colectiva 14(3): 483-512, 2018.
H
ugo Spinelli, director del Instituto de
Salud Colectiva de la Universidad de
Lanús, es sin duda un animador inte-
lectual de la salud pública latinoamericana y un
incansable organizador de programas y acciones
de salud colectiva: su trabajo en Lugar editorial,
la revista Salud Colectiva y el instituto que dirige
son la expresión más palpable de su afán por ha-
cer una sociología de la salud, en la tradición de
Sigerist y por supuesto en diálogo con las escuela
paulistas, cariocas y bahianas, de esa febril masa
crítica brasileña.
Este artículo puede leerse entonces como un
nuevo paso en esa carrera. Spinelli revisa la prácti-
ca de la medicina norteamericana durante el siglo
XX . Lo hace en algunos apartados que resumo
en sustantivos: cuerpo/máquina, hospital, com-
plejo médico-industrial, robot, centros de salud,
progreso y desencanto. Nos propone también
cinco ejes de discusión: la concepción del cuerpo
y lo corporal, el tipo de trabajo en el campo, la
humanización de la atención, las formas institu-
cionales en juego y la salud como derecho social
o bien de mercado.
Es decir, más que un artículo, se trata de todo
un programa de investigación. Una mudanza en
el itinerario intelectual de Spinelli y para la salud
pública, en el que concuerdo plenamente.
Se trata de introducirnos en la práctica clínica
como problema. Buena parte del recorrido de
este texto va da la mano de Richard Sennet, so-
ciólogo norteamericano, formado en la New York
School for Social research, que debió abandonar
una carrera de celista tras un evento adverso aso-
ciado a una cirugía correctora de una tendinitis
profesional. Sennet ha vivido y estudiado la téc-
nica, la práctica repetitiva, la obtención de des-
treza, la cooperación. Es un valioso aliado para
entrar en la clínica. Spinelli además se conecta
con una bibliografía de 151 textos, la mayoría de
ellos, obras claves de la sociología y/o filosofía
contemporánea.
Pese a esa intención ancha y algo enciclopédica,
creo que el artículo sitúa los grandes problemas
de la práctica clínica que requieren ser investi-
gados por una sociología médica, legítimamente
llamada salud pública o salud colectiva. La po-
tencia vital que despliegan los espacios clínicos,
y las implicancias éticas, las economías asociadas,
y las posibilidades biopolíticas que allí se anudan,
requieren que este programa se ponga en marcha.
Más cercano a enfoques STS y muy lejos del mar-
xismo contemporáneo, me siento sin embargo un
compañero de ruta de los investigadores de salud
colectiva y de Hugo Spinelli y asumo este artículo,
como una valiosa introducción al problema.
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