Cuadernos Médicos Sociales 2018; Vol 58 N°3 | Page 178

diferentes, sin necesidad de justificar sus hipóte- sis. Lo anterior, ha hecho que el modelo BPS no sea practicable, ni mucho menos sistematizable ni enseñable con rigurosidad metodológica. El éxito del reduccionismo no ha liberado a los sistemas de salud de una alta demanda asistencial. Lo anterior, porque las enfermedades infectocon- tagiosas han sido reemplazadas por enfermedades psicosomáticas, mentales y cardiovasculares, cuyo origen es multicausal, lo que pone en aprietos al reduccionismo biomédico. El reduccionismo no es la respuesta única y final a los problemas de la medicina. Existen aproximaciones novedosas que no deben ser descartadas de plano. lo pronto, considero que abrazar la experiencia humana de la dolencia con genuina curiosidad y preparación, es el camino para romper con par- te del reduccionismo irreflexivo. Es fundamental, para considerar una visión inclusionista de desa- rrollo para la medicina actual, el iniciar programas de investigación que busquen los correlatos expe- rienciales entre la dolencia y la enfermedad. Considero importante, también, avanzar en el camino recorrido por la TGS hacia sus formas más contemporáneas, para ir a buscar preguntas y nuevas respuestas. Este camino implica avanzar desde la primera cibernética, donde se gestaron las ideas recogidas por Engel, hacia la cibernética de segundo orden, donde cobra especial relevan- cia la posición del observador. Las respuestas que pueden surgir desde ahí, así como el giro episte- mológico que produjo la reflexión sobre los siste- mas observantes, pueden ir a paliar las falencias del actual modelo BPS. Este camino tiene el pre- cio de remover los cimientos del modelo BPS y de la medicina familiar, labor que produce incomodi- dad en algunos de mis colegas, pero que sin duda vale la pena recorrer. Por último, si nosotros entrásemos al vortex espacio tiempo y viajásemos al año 2068, una hu- milde sugerencia es que, antes de aseverar el éxito o el fracaso de nuestros esquemas de pensamien- to, preguntémonos… ¿Cuáles son los tangibles y los intangibles de esta nueva época? ¿Han sido su- perados o profundizados los dogmas de la época en que he vivido? REFLEXIONES FINALES. ENTREMOS AL VORTEX ESPACIO-TIEMPO. El modelo BPS deja un legado positivo para el operar de los clínicos, pero también deja críticas bien fundadas, de las que debemos hacernos car- go. ¿El modelo BPS es efectivamente un método de superación del reduccionismo biomédico o es simplemente una consigna que tiene tantos signi- ficados posibles (polisemia) que es imposible de practicar? El primer desafío será definir reflexivamente nuestra postura. Podemos sumarnos a la visión exclusionista de Szasz y considerar que los ele- mentos psicosociales deben ser vistos por otro tipo de profesional o por una disciplina médica en específico. Podemos, también, adherir firmemen- te a la biomedicina y considerar, como Ludwig, que el camino recorrido por el reduccionismo merece ser profundizado. Una tercera opción es abrazar ciegamente al modelo BPS, y considerarlo un bastión político para la medicina familiar y la atención primaria, pero sin profundizar académi- camente en sus premisas ni en su práctica. Considero que la Medicina Familiar avanza en la última dirección propuesta. Siguiendo este ca- mino podremos recoger algunos frutos, pero se- guiremos recogiendo dolorosas decepciones por parte de los estudiantes interesados en nuestra disciplina. La percepción de los estudiantes, de que el modelo BPS pierde sustancia en la práctica clínica cotidiana, tiene sustento si consideramos el eclecticismo y el inclusionismo desmesurado del modelo, así como su aplicación no rigurosa como un término polisémico. A partir de estas críticas, la Medicina Familiar debe tomar una posición responsable. No dispongo del espacio necesario para formu- lar detalladamente mis propuestas de avance. Por Becerra C. AGRADECIMIENTOS Las ideas plasmadas en este artículo han surgido en diálogos y reflexiones en un espacio académico informal de residentes de Medicina Familiar llamado “Circulo de Estudios de Medicina Familiar y Comunitaria”. Este úl- timo, ha surgido como un espacio de reflexión y aproxima- ción teórica-científica de la Medicina Familiar. REFERENCIAS 1. Borrell-Carrio F. The Biopsychosocial Model 25 Years Later: Principles, Practice, and Scientific Inquiry. The Annals of Family Medicine. 2004;2(6): 576–582. 2. Drack M., Apfalter, W., & Pouvreau, D. On the making of a system theory of life: Paul A Weiss and Ludwig von Bertalanffy’s conceptual connection. The Quarterly Review of Biology. 2007;82(4):349–373. 3. Engel G. The need for a new 176