CUADERNOS DE BDSM - nº 22
El argumento
Memorias de una masoquista narra la historia de Lisa Emerson, una chica americana, de
Chicago, que vive y disfruta los placeres de la sumisión y de la flagelación erótica junto
a su Amo, el refinado Míster Pen. Hacia el final, la pareja se separa pero las aventuras
sadomasoquistas y lésbicas de Lisa continúan y culminan con su triunfo en París,
exaltada como la “ciudad soñada” (p. 156).
Como mandan los cánones de la literatura popular, el relato es bastante simple,
puramente descriptivo y se recrea en los detalles que realzan su carácter erótico,
reflejando un abanico de prácticas sadomasoquistas y lésbicas bastante amplio y
refinado, destacando como los protagonistas las viven y las disfrutan con placer. Casi
nada de amores ni romanticismos. Lo que mueve esta historia es la búsqueda del placer.
Esto es algo que hay que destacar, puesto que me parece muy avanzado para la época en
que se publicó el libro.
Como también mandan los cánones, la protagonista, Lisa Emerson, es una mujer
atractiva, consciente de serlo y dispuesta a sacarle partido a esto para pasarlo lo mejor
posible. Ella se describe a sí misma como “de elevada estatura, morena, de ojos
enormes, boca grande y sensual, miembros fuertes y duros. La grupa… bueno, la grupa
parece que no hacía mal del todo” (p. 8-9). “Físicamente merecía todos los homenajes y
una vida alegre y propicia” (p. 9).
Lisa tampoco es una ingenua en materia sexual. Confiesa haberse iniciado en las
relaciones lésbicas junto a una compañera de estudios, Dolly, y haber leído abundante
literatura erótica, incluidos varios libros sobre flagelación, que menciona expresamente:
“Nos belles flagelantes, Nouveaux contes du fouet, Le fouet conjugal, Le fouet voyage,
Le fouet au Moyen-Âge, La revanche du mormon, L’académie du fouet, Éducation
anglaise, La terreur du fouet” (p. 64). No es por casualidad. Todos los títulos
mencionados, excepto el penúltimo, corresponden a obras de Aimé Van Rod , el mismo
autor de las Mémoires d’une fouettée / Memorias de una masoquista, que aprovecha
para hacerse un poco de autopropaganda.24
La historia empieza cuando Lisa se ve obligada a buscarse la vida para ayudar
económicamente a su pobre madre. Así entra al servicio de un tal Míster Pen, un
millonario tejano que resulta ser un estricto dominante y un exquisito amante de la
flagelación erótica: “el señor paga y pega espléndidamente” (p. 61). Míster Pen la
seduce fácilmente contando con la ayuda de una criada mulata y de buenas a primeras la
obliga a enfundarse un ajustado corsé. Como sea que Lisa reacciona llorando le anuncia
que la castigará: “Convengamos, señorita Lisa, que su educación deja mucho que
desear. Pero no hay que apurarse. Aquí estoy yo para corregirla… ha llorado usted
delante de mi sin un motivo justificado. Muy bien. Es pues de justicia que llore usted
ahora con plena justificación. Tenga la bondad de almorzar tranquilamente… Después
le daré unos cuantos azotes. Tengo fama de saberlos dar maravillosamente.” (p. 44).
24
Sobre la lectura femenina como forma de aprendizaje en materia sexual véase Maite ZUBIAURRE:
Cultures of the erotic in Spain… especialmente el capítulo 6.
Pag. 92
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