CUADERNOS DE BDSM - nº 22
también la opción de finalizarla cuando ya no te llene. Una víctima no tiene esta opción.
Su única posibilidad es encontrar la fortaleza suficiente para quitarse el yugo que la
destruye día a día. En resumen, la sexualidad que estás practicando no es comparable a
otras vivencias que tu ética personal condena.
El segundo punto que me gustaría comentar es la diferencia entre lo que buscas para ti
misma y lo que defiendes para los demás. El que tú tengas una vivencia positiva con
estas prácticas, no hace que estés abogando para que todo el mundo deba experimentar
lo mismo, para que esté obligado a sentir lo mismo. Tod@s nosotr@s somos dueños de
nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestra vida, y tenemos el derecho inalienable de hacer
con ello lo que mejor creamos para alcanzar la felicidad y la realización personal. Estos
caminos pueden tomar formas muy particulares, a veces difíciles de entender. Sean
como sean, son caminos privados, todos ellos respetables. Nadie nos puede censurar
cómo decidimos vivir nuestra sexualidad. Al igual que nosotr@s tampoco podemos
censurar ni imponer a l@s demás cómo deben vivirla. Vuelvo a repetir que, el que tú
hayas decidido vivirla como la vives, no implica que l@s demás estén obligados a
vivirla igual. Mientras no quieras imponer tu manera de ver la sexualidad, ¿qué hay de
malo en ello? Incluso por el contrario, estás defendiendo que el resto de personas
puedan ser libres de toda violencia y coacción que les impida buscar su camino, libres
como tú lo has sido. ¿Qué puede haber más coherente que ello?
Espero que esta reflexión te ayude a ver que no existe contradicción entre lo que aplicas
a ti misma y lo que defiendes para los demás. Y te animo a seguir experimentando con
tu vida. A seguir defendiendo tus ideales.
. . . . .
Hace poco tiempo que estoy saliendo con una chica y parece que la relación se
está formalizando. Por desgracia, ella no conoce nada sobre mundo del látex (y
el BDSM) y menos aún acerca de mis gustos. Tengo un dilema, pues no sé cómo
contárselo sin que sea un golpe demasiado duro y peligre lo nuestro. No sé si
mantenerlo en secreto, pero sé que a la larga es peor para la relación y no estaré
en paz conmigo mismo. ¿Qué puedo hacer?
S.
Respuesta:
Hola S., los sexólogos suelen decir que una relación de pareja se asienta en tres pilares,
como un taburete de tres patas: la afinidad mental (de valores, ideologías), la facilidad
en la convivencia diaria, y el sexo. Si cualquiera de estos pilares falla, la relación tiene
muchos números de romperse. A mí me gusta añadir un cuarto elemento, que se puede
considerar como la dinamita latente: la confianza mutua. Teniendo en cuenta este
principio, podemos considerar las opciones que se abren delante de ti.
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