CUADERNOS DE BDSM - nº 22
Usando la boca: tanto el pene como los testículos pueden morderse con precaución
dando pequeños o grandes bocados. Incluso puedes dejar pequeñas marcas, teniendo en
cuenta desinfectar cualquier herida que pueda producirse.
Ballbusting: algunas formas de CBT tienen nombre propio, como el Ballbusting, que es
cuando un hombre recibe patadas, rodillazos o puñetazos en los testículos, o se los
aprietan. El hombre que disfruta del ballbusting siente dolor como cualquiera, pero este
dolor activa los mecanismos de excitación sexual. En la pornografía de Japón el
Ballbusting constituye un género aparte llamado “Tamakeri”. Y hay un montón de sitios
porno especializados en el tema4.
Trampling: pisar el cuerpo, o que te pisen. Es una práctica muy vinculada al fetichismo
por los zapatos de tacón, al rollo zapas, o SM como humillación o sumisión. Se puede
pisar con el pie desnudo o con zapato de tacón alto, o zapas (aquí la suela juega un
papel importante). Cuando se trata de pisar los genitales no se debe dejar caer todo el
peso sobre los mismos. Hay que tener precaución al pisar con los tacones de aguja, y
sobre todo mucho cuidado al pisar una polla dura para no causar una fractura.
Golpeando los testículos
Los juguetes para golpear los testículos y el pene son muy variados, desde un pequeño
látigo hasta la baqueta de un xilófono (ese palito que termina en una bola). Mejor que
sean elementos de pequeño tamaño que nos permiten controlar mejor la fuerza que
ejercemos. Por ejemplo, si usamos un látigo es preferible que sea uno pequeño. Un
simple lápiz de madera también puede servirnos para dar pequeños golpes rápidos, o
una goma. También podemos golpear con una fusta pero la longitud de la misma hace
más difícil medir la fuerza que hacemos con ella.
Darle palmadas a los testículos de lado a lado se hace mucho mejor si el sumiso tiene
las piernas abiertas y está en posición vertical. Puedes disfrutar del balanceo, se mueven
más y rebotan dentro de su saco causando dolor.
En cuanto al pene hay que tener en cuenta que cuando está en erección los vasos
sanguíneos se agrandan, y hay que extremar las precauciones. La ruptura de un vaso
puede tardar tiempo en sanar, e incluso interferir en futuras erecciones.
Atarle los huevos con una cuerda es muy práctico para poder tener nuestras dos manos
libres. Cógeselos con una mano y estira hacia abajo mientras con la otra los rodeas de
cuerda. Pon un dedo entre la cuerda y la piel para asegurarte de no apretar demasiado y
cortarle la circulación. Al estar atados los testículos se volverán más sensibles porque la
piel se tensa.
En estos casos hay que tener presente que si le atamos los huevos a algún punto fijo (por
ejemplo un gancho en la pared o el suelo) la situación se vuelve potencialmente
peligrosa si teniendo los huevos atados le producimos un estímulo fuerte en otra parte
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