CUADERNOS DE BDSM - nº 22
Aparte de las evidentes sensaciones físicas que produce golpear el pene y, sobre todo,
los testículos, el lado psicológico también es muy importante. Debido al imperante
machismo de la sociedad en que la vivimos, para muchos hombres su polla es el centro
de la sexualidad y hasta un símbolo de la potencia sexual. Por ese motivo un golpe en
los genitales tiene además una gran carga psicológica. Por ejemplo en algunas culturas,
desde muy antiguo, se usó la castración por diferentes motivos, la mayoría religiosos o
sociales. Y supuso también una práctica durante la guerra para desmoralizar y humillar
al enemigo, cuando después de ganar una batalla algunos pueblos castraban a sus
prisioneros e incluso a los muertos2.
Por todo esto el CBT es muy útil como medio de control, y prueba de ello es el hecho
de que el castellano sea tan rico en expresiones que asocian “no tener huevos” con
cobardía, y al revés3.
¿Cuál es la emoción del CBT?
Como hemos visto tenemos por un lado las sensaciones físicas. La parte psicológica es
muy importante pues se requiere una gran confianza para dejar que una persona
Dominante torture una parte tan delicada y vulnerable de tu anatomía durante una sesión
SM. Por su parte la persona Dominante obtiene placer al inflinguir dolor a alguien, y
además el hecho de que ese dolor recaiga en los testículos y el pene, y no en otra zona
del cuerpo, le añade una sensación de control sobre la “propiedad” y puede suponer una
humillación para el esclavo. Si bien algunos masoquistas que no sean en absoluto
sumisos se limitarán exclusivamente a disfrutar del dolor.
Los testículos son muy sensibles, sobre todo a la presión y la manipulación, siendo las
caricias y suaves apretones una sensación placentera en sí misma. El límite a partir del
cual empieza el dolor varía enormemente de una persona a otra, por eso cuando estamos
jugando con alguien por primera vez siempre es recomendable (como en tantas prácticas
BDSM) empezar con algún tipo de estimulación e ir aumentando la intensidad
gradualmente. Los testículos son tal vez la zona más sensible de los genitales del
hombre, y una de las más frágiles, y no debería hacer falta decir que se debe jugar
2
La castración se conoce desde tiempos inmemoriales y fue frecuentemente utilizada en ciertas culturas,
como en Europa, el Medio Oriente, India, África y China, por razones religiosas o sociales. Después de
las batallas, algunos pueblos castraban a los prisioneros o a los muertos, para simbolizar su victoria y
"medir" su poder.
Algunas religiones, como el judaísmo, se oponían totalmente a esta práctica aunque en algunas épocas
cortaban el prepucio a los enemigos vencidos.
En la Antigüedad, en Mesopotamia, en tiempos del rey asirio se castigaban las prácticas homosexuales
con la castración. (Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Castración ).
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Hay muchas expresiones en el castellano que equiparan el tener huevos con tener valor, como por
ejemplo “tiene un par de huevos” o “poner los huevos sobre la mesa” mientras que ‘no tener huevos’
indica cobardía”. Y que te los toquen es algo molesto, como cuando decimos “me toca los huevos”. Y
tener a alguien “cogido por los huevos” significa que lo tienes bajo tu control.
No cambia mucho la cosa si sustituimos la palabra “huevos” por “cojones”. Por ejemplo “hacer algo por
cojones” indica voluntad y determinación, mientras “estar acojonado” expresa miedo, etc.
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