CRÍMENES POLACOS CONTRA LOS ALEMANES ÉTNICOS EN POLONIA CRÍMENES POLACOS CONTRA LOS ALEMANES ÉTNICOS | Page 86

protección. La pareja Gorny y otras personas allí presentes y que no conocía, me insultaron y escupieron en mí. Vinieron después los soldados que me llevaron, conduciéndome a un bosque donde ya se hallaban cerca de 20 alemanes. Luego nos llevaron de un lugar a otro, nos dieron con las culatas. Seríamos fusilados en Schleusenau, hasta donde nos acompañó gran multitud de civiles polacos, mujeres, menores y hombres, exigiendo nuestra muerte y golpeandonos con hachas y garrotes. Estaba entre ellos el carnicero Gniewkowski, mi conocido, y un tal Paschke de Schleusenau. Los oí varias veces gritar con la multitud que en los alemanes debíamos ser muertos a golpes o a tiros. Ignoro, si Gniewkowski o Paschke se hallaban armados de hachas o garrotes. En los populares alemanes, cerca de 20 hombres y yo como única mujer- fuimos, después, en fila junto a un terraplén en Schleusenau. Todos los hombres alemanes fueron fusilados por los soldados y los ferroviarios, en presencia de la multitud en que se hallaba todavía Gniewkowski y Paschke. Me desmayé, cayendo a la tierra, siendo luego, suelta por orden de un oficial. Al estar ya retirándome, la multitud polaca me obligó a volver a ver, uno por uno, los cadáveres y dar "vivas" a Polonia. Entre los veinte hombres asesinados se encontraban: Arthur Gehrke de Jaegerhof, un tal Hans Bolowski de Jaegerhof, Horst Stuwe de Stoeckmann de Jaegerhof, un tal Redel de Jaegerhof, um gimnasta Mielwitz de Jaergerhof, um propietario Trojahn de Jaegerhof. De las personas que se habían quedado en el sótano de Shroeder fueron muertos a tiros (según yo supe después) las siguientes, al intentar huir del sótano: Mi marido Emil Koebke, carnicero; mi hijo Arthur Koebke, joven carnicero; Schroeder, propietario de un huerto; el hijo del mismo, Hans Schroeder; Gerhard Vorkert, sirviente de jardinero; una criada de Schroeder junior. L. apr. ass. ass. Anna Koebke. Compadecía como segundo testigo: