CRÍMENES POLACOS CONTRA LOS ALEMANES ÉTNICOS EN POLONIA CRÍMENES POLACOS CONTRA LOS ALEMANES ÉTNICOS | Page 33

raíces, dormían a cielo abierto, incluso en los días de lluvia, bebían el agua que sacaban de charcos y pequeños lagos o el agua asquerosa e impotable que se les ofrecía en latas de querosén o de gasolina, y era tan poco que uno de los infelices se encargaba del racionamiento y que ni daba para mojar los labios. ¿Cuán horribles eran las atrocidades cometidas contra los grupos de deportados, lo demuestra el hecho de que, al paso de un grupo por Schrimm, fueron muertos 25 alemanes, siendo los demás tan brutalmente maltratados que los propios habitantes de la villa, sin, entre tanto ponerles un fin 44 . En las paradas, muchas veces, se "hacían ejercicios", así, por ejemplo, los deportados tenían que quedarse media hora arrodillados; quien desfallezca, era muerto a golpes; los que quedaban extenuados eran "muertos a tiros como corredores leprosos" 45 ; en eso no se respetaba a las mujeres, ni a los ancianos. En la conducción de Posen, el inválido de guerra, portador de dos prótesis, fue muerto a tiros, junto a su mujer, una hija de 15 años, y un hijo de un año y medio, cuando se sintió sin fuerzas para continuar la marcha. El otro invalido, portador de una pierna de palo, de nombre Kiok, de Wongrowitz, con 65 años de edad, y un tercero, jentsch, de Rakwitz, tuvieron la misma suerte, no es de admirar, pues de que estas personas no tardan mucho tiempo para llegar a suicidarse 46 , o que otros pudieran sufrir de alucinaciones, que uno juzgaba ver la pomposa fachada de un palacio y otro "asistir a un fuego de artificio". Bastaba un grito angustioso durante la noche para provocar un loco tiroteo sobre el grupo de alemanes; la vida humana no tenía importancia cuando se trataba de alemanes. El peor era cuando la retaguardia daba tiros a la altura en la columna en marcha cuando el padre al lado del hijo o amigo al lado del amigo entregaba el alma a Dios porque se hallaba incapaz de proseguir la marcha de brazos levantados por varios kilómetros. Movidos como ganado, cada minuto eran amenazados de muerte, aquellos alemanes, alejados de sus hogares, marchaban sobre Kolo-Klodawa, Kutno y Lowitsch, sobre Turek-Tulischkow, y la leva de Varsovia alcanzó Bereza-Kartuska, el infierno del supremo sufrimiento 47 . Muchos de aquellos que lograron escapar, aún sufrieron durante semanas bajo las consecuencias de las torturas pasadas, y no pocos perecieron todavía como 44 Relato del Pastor Rakette de Schokken (WR II); otros eran "muertos como conejos de un golpe" (en otro lugar). 45 Relatos de los testigos oculares Padre Breintinger y Otto Kaliske (WR II). 46 Relato de Wilhelm Romano de Wongrowtzs (WR II). Starke (Bromberg), relata como un joven alemán, en un acceso de desesperación, se cortó la carótida (Relato WR II). El labrador Drescher (Czempin) depone que uno de sus colegas "se precipitó en un pozo para suicidarse" (WR II). 47 Relato del P. Odilo Gerhard OFM.