CRÍMENES POLACOS CONTRA LOS ALEMANES ÉTNICOS EN POLONIA CRÍMENES POLACOS CONTRA LOS ALEMANES ÉTNICOS | Page 182
"No tengo poderes sobre él, lo transfiero, pero para Gnesen al decano Zabicki
que estaba la frente de la comisión de los ciudadanos de Gnesen". Tuve que salir
de la sala de sesiones y volver a la espera. El señor. Wiedemeyer ya no estaba.
Yo, no sabía lo que, en ese tiempo, le había sucedido; en todo caso, suponía que
había sido fusilado, pues que a mí me habían reservado el mismo destino.
Poco después vio el cura decirme que había asumido toda la responsabilidad por
mi persona, que yo debía aterrizar en su casa y que, al día siguiente, viernes 8 de
septiembre de 1939, sería entregado a mis superiores en Gnesen, lo que de
hecho se dio. Para la garantía de mi persona me agregaron un sacerdote que, por
casualidad, se encontraba en Powitz, y el presidente de la comisión de los
ciudadanos, local.
Alcanzamos a Gnesen, aunque me insultaron mucho por el camino. La comisión
de los ciudadanos resolvió internarme en el hospital de las Hermanas Grises, para
no correr peligro. Me quedé en aquel hospital hasta el lunes, día 11 deseptiembre
de 1939, a las 11:30 horas, después de que los alemanes se habían apoderado de
la ciudad. Un capitán me libró de mi prisión preventiva.
Como en el camino de Powitz a Gnesen me censuraron constantemente de haber
instalado, en los invernaderos de mi residencia, una estación de ondas cortas,
mandé comprobar, por el presidente de la comisión de los ciudadanos de Powitz,
la improcedencia de la referida acusación.
Después él declaró: "Quiero decirle que el sr. Wiedemann ya no vive”. Él me pidió
que no hablara al respecto. El jueves 14 de septiembre de 1939, fueron abiertas,
en el cementerio de Powitz, por civiles enviados por la ciudad de Gnesen, las
nuevas sepulturas siendo encontrados los cadáveres de los s. Derwanz y
Wiedemeyer. El cadáver de Wiedemeyer estaba muy mutilado y tenía heridas
ensangrentadas en el cuello.
Uno y otro fueron asesinados por militares polacos. Además de estos dos
señores, fueron asesinados, bestialmente, seis personas más de los alrededores
de Gnesen, en las cercanías de sus propiedades. Entre ellos se encontraba Kropf
y su yerno Brettschmeider. A uno de los asesinados le habían abierto el vientre y
aplastado la cabeza. Incluso entre los polacos se hablaba, en Gnesen, con horror
sobre esos crímenes.
En mi opinión, los civiles habían sido armados por las autoridades. Se dio esto
durante mi ausencia de Gnesen. En cuanto al estado en que fueron encontrados