CRÍMENES POLACOS CONTRA LOS ALEMANES ÉTNICOS EN POLONIA CRÍMENES POLACOS CONTRA LOS ALEMANES ÉTNICOS | Page 18

alemanas habían sido aniquiladas por anulación de órdenes y boicot, por impuestos rigurosamente contabilizados y más rigurosamente cobrados, por anulación de concesiones, expropiaciones y prohibiendo la adquisición de tierras; que, por la aplicación unilateral de la Ley de Reforma Agraria y del Decreto relativo a las zonas fronterizas, se forzaba el desplazamiento de los alemanes arraigados en sus tierras; que se perturbaban los servicios religiosos, que se aprehendían ininterrumpidamente los periódicos alemanes, que se prohibía el uso de la lengua alemana en las calles, en las casas de negocio, en restaurantes; los alemanes eran asaltados en sus casas y en las haciendas principalmente, lejos de las ciudades - pero, de mayo de 1939 en adelante llovieron las prohibiciones y penas, comenzó el cierre de escuelas, jardines de infancia, Bibliotecas, casas alemanas, cooperativas, asociaciones culturales, las instituciones caritativas, mientras que las amenazas pesadas contra los alemanes conducen proporciones inimaginables pese a los derechos concedidos, las minorías étnicas alemanas, por la propia Constitución de Polonia. b) La ejecución de las atrocidades polacas. Los populares alemanes de Polonia ya se habían habituado, en los veinte años de domicilio polaco, a sufrir y padecer; estaban también compenetrados de que su situación empeoraría a medida que se agravaban las relaciones germano- polacas, así como que iba a ser cada vez más peligrosa la vista de la falta completa de derecho y protección. En las últimas semanas antes del inicio de la guerra, era tal la tensión bajo la cual vivían, y su manera tal, que bien podían prever los riesgos y adivinar las provocaciones y odios, ocultos, más nunca y ni los peores pesimistas supondría que las amenazas los asaltos y los atentados habrían de degenerar en asesinatos en masa de hombres, mujeres y niños, alcanzando el total de las víctimas al número horrendo de 58.000. Se sentía el odio inaplacable del pueblo polaco contra todo lo que era alemán, consecuencia de la funesta propaganda hecha, por todos los medios, en la prensa, en la radio, e incluso en las plazas; se documentaba, diariamente, el hecho de que los poseedores del poder, en Varsovia, huían a un entendimiento leal, mentalidad ésta que llegaba a las rayas de verdadero fanatismo en las capas de los funcionarios subalternos; se sabía que los miembros del "Westveband" (organización anti - alemana del Oeste Polonés), los rebeldes, y los disparadores forjaban planes siniestros, y que la organización de la juventud polaca, y sobre todo los scouts estaban siendo instruidos, en cursos especiales en el uso de armas, bajo la dirección de militantes; se leían en los periódicos las irrupciones del odio popular, y se extendía, de semana a semana, la atmósfera envenenada,