CRÍMENES POLACOS CONTRA LOS ALEMANES ÉTNICOS EN POLONIA CRÍMENES POLACOS CONTRA LOS ALEMANES ÉTNICOS | Page 162
forzadas, hacia Klodawa, probablemente porque la situación militar se había
vuelto crítica. Como ya no teníamos ninguna carroza a nuestra disposición,
tuvimos que quedar, en el lugar, un tal Schmolke, de la región de Wollstein, que
era portador de prótesis desde el tiempo de la gran guerra, la mujer de él, su hija
de 16 años, su hijito de un año y medio, y otro portador de prótesis, cuyo nombre
ignoro, y una señora Blank, de Ketsch, cerca de Posen.
Según nos informaron, ellos debían seguir en un carro, pero cuando estababamos
al mediodía en Babiak, supo por un hombre de la escolta que había sido creado
en la propiedad Turkowo, en uno. Neutomischel, que aquellos alemanes habían
sido fusilados.
Probablemente fueron asesinados por militares, pareciéndome que los
criminales pertenecían al regimiento de reserva de Schwersenz que se hallaba
acantonado en la región de Slesin.
Mantengo esta hipótesis de los alemanes haber sido asesinados por militares,
porque ninguno de los hombres de nuestra escolta se había quedado atrás y
había militares en la poblacion donde nos habíamos quedado, pues éstos mismos
habían quedado encargados de vigilarnos en aquel lugar.
Reconozco, en las fotos que me fueron presentadas, los dos inválidos y la hija de
Schmolke, de 16 años de edad. No sé decir quién es la cuarta persona que se ve
en la foto.
Seguimos hacia Brzewienna Krotkie, donde pasamos la noche al aire libre. Al día
siguiente, a la hora de la salida, tuvimos que abandonar como incapaces de
proseguir, los siguientes patricios: el labrador von Treskow, el Dr. Hanna Bochnik,
el Sr. Molzahn, el Vicenz Gierczynski, el judío Goldschmied y otros más. Se quedó
también el estudiante Hermann Pirschner que se ofreció para cuidar de los que
no pudieron marchar. El Dr. Bochnik ya comenzará a sufrir una alienación mental.
Nos aseguraron, de nuevo, que se le pedía un carro para el transporte de los que
quedaron. Después de vencer unos dos kilómetros, oímos tiros, de suerte que,
por la experiencia anterior, concluye que los abandonados también fueron
fusilados, que fue comprobado por las exhumaciones.
Finalmente, nos tocó, a travesar Klodawa - Kutno - Gostynin - Zychlin, hasta una
población situada entre Kutno y Lowitsch, donde fuimos liberados el 17 de