CRÍMENES POLACOS CONTRA LOS ALEMANES ÉTNICOS EN POLONIA CRÍMENES POLACOS CONTRA LOS ALEMANES ÉTNICOS | Page 159

Detrás de Slesin, atravesamos las primeras líneas polacas, siendo internados, fuera de la ciudad, en una propiedad, donde ya se encontraba un destacamento de soldados polacos. Allí, fue un joven teniente polaco quien nos amenazó de muerte, bajo innumerables maldiciones. Al día siguiente, a las dos de la noche, nos despertaron para seguir nuestro camino. Los carros, con los lisiados y los niños, se quedaron atrás. Sabía más adelante que ellos fueron fusilados. Se trataba de toda la familia Schmolke y un inválido de guerra que tenía solo una pierna. Sobre el tronar de los cañones, vencimos la marcha forzada, la distancia hasta Babiack. La tarde, proseguimos, después de habernos dividido en tres grupos y haber aumentado la escolta por numerosos soldados. Al atravesar un bosque, nos obligaron, los soldados a entregarles los relojes y otros objetos de valor, el dinero y, en algunos casos, hasta los anillos de bodas. Cuando en la mañana del lunes tuvimos que reiniciar la marcha, algunos de nosotros ya no pudieron mantenerse de pie. Además de cinco enfermos, imposibilitados de continuar la marcha (entre ellos una profesora de Posen), quedaron tres sanos para ayudar a los enfermos. Sabíamos más tarde que todos ellos habían sido fusilados por la escolta y maltratados con piedras hasta morir. Después de idas y venidas, durante días, en que el frente venía acercándose a nosotros, fuimos liberados, por las tropas alemanas, el 17 de septiembre de 1939, siendo transportados, por orden de Fuerza Armada Alemana, vía Breslau, para nuestra tierra. Dictado en alta voz, aprobando y firmado. Ass. Lorenz Breitinger (P. Hilarius) El testigo prestó el siguiente juramento: "Juro ante Dios omnipotente y omnisciente que dije la pura verdad y que nada callé, como mienta que dios me castigue.". Cerrado: Ass. Hurtig ass. Gitsch