CRÍMENES POLACOS CONTRA LOS ALEMANES ÉTNICOS EN POLONIA CRÍMENES POLACOS CONTRA LOS ALEMANES ÉTNICOS | Page 138

Como curiosos se apretujaban mucho, me dio la gorra con el dinero para asegurarlo. Él quiso empujar a la gente hacia atrás. Pero yo pasé la gorra delante a Frau Nowacka y dije a los que estaban queriendo entrar, que no apretar tanto, que aquello no era un circo. Me insultaron y gritaron, y luego me fui... " Otro testigo, Frau Stanislawa, refiere, al respecto: "... Vi como Frau Nowacka y Frau Gorzanek cobraban las entradas... Vi también que fue Peter Boroski quien las cobraba primero. Él estaba en la puerta y tenía una gorra en la mano. Quien deseaba entrar en el patio, tuvo que darle dinero. También me enteré de las dos mujeres que Borowski mandó comprar la salchicha, el licor y los cigarrillos, con el dinero recibido; yo vi cómo las dos mujeres se marcharon para hacer las compras. Ellas me dijeron que iban a comprar las cosas..." Se comprobó que los hermanos Barnicke fueron fusilados a las 13:30 horas. Sólo a las 17 horas, los cadáveres fueron removidos, por orden de la milicia cívica, siendo transportados, sin cubierta, sobre un carro. No se comunicó a los parientes, el lugar de la sepultura. Stefan Piaskiwski, miembro de la milicia civil polaca, intentó explotar ese hecho, extorsionando dinero de la madre de los asesinados, que, por razones comprensibles, tenía en saber, dónde habían enterrado a sus hijos. Se ofreció para indicar el lugar mediante un pago. Frau Barnicke le pagó, efectivamente, 30 zloty, en su totalidad, sin que él le comunica el lugar. Después de investigaciones que llevaron semanas, y que los cadáveres pudieron ser retirados de una sepultura colectiva. Las pruebas objetivas y la autopsia médica confirman los testimonios, concordantes. En el patio que queda en el fondo del edificio la calle Venetianergasse, 4, se encuentran, bien visible, tres orificios de penetración, en la pared del fondo. Se constataron, en el cadáver de Kurt Barnicke, además de una herida mortal, producida por proyectil, heridas en ambos ojos, producidos, según el lado médico, por instrumento penetrante. En el cadáver de Alfred Barnicke, se cantaba, además de dos heridas producidas por proyectil, la fractura del hueso nasal. El hecho de que los hermanos Barnicke