CRÍMENES POLACOS CONTRA LOS ALEMANES ÉTNICOS EN POLONIA CRÍMENES POLACOS CONTRA LOS ALEMANES ÉTNICOS | Page 132
iglesia, resolviendo, por eso, no volver a la misma con el fin de salvarse a sí y a su
hijito. En los días anteriores había escuchado contar lo suficiente para evaluar el
destino que le estaría reservado, a ella, como mujer de un hombre que ocupaba
un cargo de honor en la iglesia.
Entre los días 1 y 6 de septiembre de 1939, la mujer embarazada anduvo
vagando, con su hijito, en los alrededores de Rudak, temiendo por la muerte de
su marido y de ella misma, después de buscarlo, en vano, se refugio en muchas
casas y teniendo que pasar las noches en los graneros y en una alfarería.
El 6 de septiembre de 1939, se encontró con Martha Brunkowski, soltera, que
con ella misma huyó de la furia de los polacos, y ambas se escondieron, con el
pequeño Heinrich Sonnenberg, en una obra de fortificación abandonada por los
polacos, en que otros fugitivos se habían asegurado de estar seguros.
Al día siguiente, día 7-9-1939, la mujer embarazada pidió a su compañera
Bunkowski que fuera a buscar ropa, para el hijito, en su casa. Poco tiempo
después de salir, la muchacha volvió conducida por soldados polacos, siendo por
ellos presa junto con Frau Sonnenberg y su hijo. Los testigos declararon que el
tiempo después vio a un soldado polaco entregar al menor Heinrich, diciendo en
polaco: "¡Las dos no vuelven más!".
El 8 de septiembre, la mujer embarazada y su compañera fueron encontradas
muertas en el corral de la casa de vivienda del sacristán, que se encuentra a 30
metros de distancia de la iglesia. La mujer embarazada yacía sobre el vientre, el
rostro en un charco de sangre; el cadáver de la muchacha tenía la parte superior
del cuerpo, acostado sobre dos barriles. El corral estaba cerrado de afuera.
Las investigaciones de la policía criminal dejan concluir que en total se
desencadenaron cinco tiros sobre las dos mujeres, fuera del corral, y los
cadáveres fueron arrastrados hasta el corral, donde los arrojaron al suelo,
cerrando la puerta.
Para calificar el caso Sonnenberg, basta leer el último fragmento del lado de los
médicos forenses Dr. med. hábil. Panning que dice:
"... El hecho de que no se encuentren las partes fetales en el cuerpo materno,
sino entre los muslos, corresponde al proceso conocido de la expulsión del feto
por el efecto de la putrefacción. - ... En todo caso, se trata de un grado de
embarazo que era evidente y no podía escapar a la mirada más descuidada.