CRÍMENES POLACOS CONTRA LOS ALEMANES ÉTNICOS EN POLONIA CRÍMENES POLACOS CONTRA LOS ALEMANES ÉTNICOS | Page 13

estudio y que se encontraron en el hospital del Instituto de las Diaconizas Evangélicas de Posen y en el Lazareto Alemán, Hospital de la ciudad de Bromberg. De la misma forma, las ilustraciones del presente libro constituyen, apenas, una selección del abundante material fotográfico. Todos los originales y documentos utilizados para esta colección se guardan en el archivo de la competente sección central de Berlín. La presente publicación se ocupa exclusivamente de los crímenes políticos cometidos por los polacos contra las minorías alemanas de Polonia y no se hace mención del material probatorio relativo a otros Crímenes Polacos cometidos contra los derechos de la guerra y de las personas en el tratamiento de prisioneros y muertos en guerra. No se tuvieron en cuenta las numerosas atrocidades de que fueron víctimas las minorías étnicas alemanas en el tiempo que precedió al inicio de la guerra. 2. PRESENTACIÓN a) Las relaciones germano-polacas hasta el inicio de la guerra. Europa volvió a respirar cuando el 26 de enero de 1934 se extendió por todo el mundo por la conclusión de un acuerdo germano-polaco. El deseo de paz, realista, de Adolf Hitler y el espíritu de estadista, realista del Mariscal Pilsudski se encontraron con el propósito de un entendimiento derecho de Estado a Estado, inaugurar una nueva fase en las relaciones de paz duradera entre los dos países. Todos los que veían, en la tensión germano-polaca, un peligro inminente para la paz Europea, reconocieron que la disposición de los dos estadistas hacia una colaboración constructiva tocaba de cerca el apaciguamiento general de Europa. La declaración común germano-polaca estaba inspirada por el deseo de transformar paulatinamente esa colaboración iniciada por el pacto decenal en un pacto de amistad de larga duración, el cual permitiría a los dos países encontrar pacífica evolución y por mutuo entendimiento, una solución aceptable para todas las cuestiones controvertidas. Las autoridades competentes polacas nunca dejaron de tener pleno conocimiento tanto de la existencia de tales cuestiones pendientes entre Alemania y Polonia, así como de la imposibilidad de Reich de conformarse definitivamente con el trazado arbitrario de su frontera oriental, tal como se ha fijado por el Tratado de Valles. Dependía, pues, del grado de honestidad con que Polonia abrazaba la política de entendimiento, la realización de las esperanzas que, en vista de la nueva política, alimentaban a Alemania ya todos los amigos de la paz. En ese entonces, había ciertos elementos en el extranjero, trabajando