CRÍMENES POLACOS CONTRA LOS ALEMANES ÉTNICOS EN POLONIA CRÍMENES POLACOS CONTRA LOS ALEMANES ÉTNICOS | Page 105

septiembre, los alemanes de la aldea Feyerland, a quienes, ya en los últimos días del mes de agosto, habían amenazado de ser "sacrificados como ganado " 1 , huyeron con los ancianos y los niños, a los bosques, en los que se alimentaban de bayas y arbustos silvestres de rocío. Intentaban desde ahí, a acercarse a sus casas para buscar alimentos y los trataran como ganado. En uno de esos intentos, Wilhelm Sieg y su sobrino Kurt Sieg son arrestados por soldados polacos en la madrugada del 4 de septiembre. Bajo las amenazas de muerte, Kurt Sieg fue obligado a denunciar el escondite de los otros alemanes que fueron despojados y de los que llevaron a Max Ziesak que fue asesinado junto a los dos hombres Sieg. El examen más completo del destino del muerto se hizo imposible porque los testigos que lograron salvarse, perdieron de vista a los soldados y a Wilhelm Sieg. III El resultado de las averiguaciones se puede resumir así: Wilhelm Sieg fue esposado de una manera tan apreta que difícilmente había descubierto un caso análogo, incluso quien tuvo un largo tiroteo criminalista. Las esposas abrigaron en la víctima a mantener las manos, atadas en la espalda, en una posición anormal, de la cual no podía intentar librarse porque, de lo contrario, se estrangularía a sí mismo. Pero la bajeza de carácter demostrada en el modo de esposar a la víctima, se sobrepasa a sí misma, teniendo el nudo en el cuello fue dado de una manera tal que el extremo libre de la guía podía servir como guía de dirección y, de hecho, también sirvió, según se verificó, siendo la víctima torturada tirando de la guía con más o menos fuerza. - Como el vestigio de arrastre conduce desde dentro del bosque hacia la carretera que lleva de Bromberg a Seebruch, se debe concluir que Sieg sucumbió a los suplicios infligidos, quedando incapacitado de seguir adelante, de manera que el verdugo debe haber arrastrado a su víctima, caída por falta de fuerza para prolongar el suplicio por más tiempo. Y así, también, que se explica la fractura del hioides, verificada por los médicos forenses; y, en esto, poco importa, en cuanto al grado de crueldad, si el cráneo de Sieg fue aplastado mientras estaba siendo arrastrado o en el lugar donde fue encontrado - lo que es probable. El asesinato se presenta, por lo tanto, como un crimen cometido con la máxima crueldad e infamia, por el que responden -como tantos otros casos- plazas de las tropas polacas. 1 Declaraciones de testigos