CRÍMENES POLACOS CONTRA LOS ALEMANES ÉTNICOS EN POLONIA crimenes_polacos | Page 66
También dieron nueva búsqueda en nuestra casa, y tan radicalmente que sacaron
todo de los armarios, de los cajones, de los l aboratotios, etc., y lo tiraban por el suelo.
Lo mismo hicieron en la escuela. El jefe del comando de investigación metió en el
bolsillo la nueva pluma-tintero de mi marido. Un soldado robó seis cuchar as nueva s
para sopa. Otros soldados me robaron 180 zloty, mi reloj de oro, una navaja, las
bebidas alcohólicas y la miel. La comisión de investigación quedó decepcionada
cuando supo que mi marido ya se encontraba internado. Me pareció que los soldados
andaban más a buscar de hombres alemanes.
La noticia del mismo día, vinieron dos policías auxiliares, en coche, a nuestra casa,
a buscar pan, heno y miel. Por las 23:30 horas, vinieron nuevamente los dos trayendo
otro tercero. Yo tuve que quedarme bajo guardia en la cocina; un policía auxiliar fue
con la hija más joven en el dormitorio; el tercero fue con la hija mayor en el cuarto de
estar. Oí a la hija mayor gritar terriblemente. Como ella me contó después, ella había
sido estrangulada, pisoteada y amenazada de muerte, si ella no se le entregaba .
Debido a la resistencia de mi hija, el policía no consiguió su intento, por lo que la
dejó. Ella vino a quedarse conmigo a la cocina . Él fue al cuarto donde se encontraba
el otro policía con la hija más joven. Juntos lograron entonces violentarla. Después,
los dos agarraron a mi hija mayor, violándola también. La una y la otra tenían
anteriormente, sacado los pantalones. Los dos policías auxiliares eran de Ciechocinek.
Fuente: WR II.
El testigo Daase, alumna de Slonsk, depuso bajo juramento:
En la noche de viernes a sábado, aparecieron en nuestra residencia, tres civiles
con faja colorada y blanca en el brazo. Uno tenía sable; el otro, carabina; el tercero,
un browning. Mi madre tuvo que quedarse en la cocina; un civil armado se quedó al
lado de ella. Yo y mi hermana, dos años más joven que yo, fuimos conducidos en
cuartos separados, cada uno por uno de los civiles. Me obligaron a sentarme en el
sofá; el civil se sentó a mi lado y revisó todo mi cuerpo. Después pasó la mano a la
falda, rasgándome los pantalones y pidiendo que me entregara a él. Me defendí a
toda furza, incluso cuando me amenazaba de muerte poniendo el browning en el
pecho. Sólo cuando fue a buscar el segundo civil que, en ese intermedio, violó a mi
hermana más joven, él consiguió violentarme. El médico que me examinó al día
siguiente, verificó que se realizaba la copula; el examen de mi hermana más joven,
dio el mismo resultado. Yo fui estrangulada y aplastada, pero no sufrí lesiones de
gran importancia.
Fuente: WR II.
36. Las hijas, sirviendo de blanco.
El testigo Else Siebert, n. Dey, de Rojewo, mun. Hohensalza, bajo juramento:
El 7 de septiembre de 1939, observamos en la carretera soldados polacos que
marchaban hacia Hohensalza. Entraron en nuestra casa, algunos soldados que
pertenecían a un destacamento que paraba en la carretera, preguntando si, por