CRÍMENES POLACOS CONTRA LOS ALEMANES ÉTNICOS EN POLONIA crimenes_polacos | Page 27
en fiebre, otros enloquecidos a consecuencia de los inauditos sufrimientos, marchas
forzadas de 30, 40, 50 kilómetros, diariamente, casi sin interrupción, hacia el este,
siempre hacia el este: hacia el mal afamado campo de concentración Bereza -
Kartuska, "donde los presos encontrarían su fin "(40). Militares que iban pasado en su
huida desordenada, arraigados por la derrota, daban baionetadas en esos deportados
que ya se hallaban en un estado de extremo agotamiento físico y psicologico;
oficiales polacos mataban a los hombres a tiros, maltrataban a las mujeres ya los
enfermos con látigos y baratijas (41); menores de tres a cinco años eran atados a l os
padres y corridos junto con ellos; las espías que se entrometieron en estas ligeras,
penitenciarios y otros individuos de mala fama buscaban aún sacar provecho de lo
que sobraba aquellos seres, apáticos debi do al sufrimiento superhumano. Gr i ta ba a
alguien: "¡Todos libres! ¡Salvaos!", Y cuando los deportados buscaban huir, los
soldados y policías nos mataban a tiros. Había severa orden de fusilar a todo aquel
que no pudiera continuar la marcha (42); en otra parte un oficial mandó que se
matara a culatazos a aquel que se quedara atrás (43).
Estas órdenes se cumplieron tan radicalmente que cientos y cientos de víctimas de
esas brutalidades polacas se encontraron en las carreteras y las cuevas. Se
alimentaban aquellos alemanes de raíces, dormían a cielo abierto, incluso en los día s
de lluvia, bebían el agua que sacaban de charcos y pequeños lagos o el agua
asquerosa e impotable que se les ofrecía en latas de queroseno o de gasolina, y era
tan poco que uno de los infelices se encargaba del racionamiento y que ni daba pa r a
mojar los labios. ¿Cuán horribles eran las atrocidades cometidas contra los grupos de
deportados, lo demuestra el hecho de que, al paso de un grupo por Schrimm, fueron
muertos 25 alemanes, siendo los demás tan brutalmente maltratados que los propios
habitantes de la villa, sin, entre tanto ponerles un fin (44). En las paradas, muchas
veces, se "hacían ejercicios", así, por ejemplo, los deportados tenían que quedarse
media hora arrodillados; quien cayó, era muerto a golpes; los que quedaban
(35) La viuda del campesino Hammermeister, asesinado por bandidos polacos, de nombre Minna, de 4 0
años de edad, fue violada por un primer teniente polaco; esa pobre mujer, después de deportada a
Lowitsch, donde logró huir, se ahorcó cuando se sintió embarazada.
(36) Declaraciones de Hedwirg Daase, Slonsk (WR II) y Vera Gannott, Bromberg (WR I. y Sd. K. Ls.
Bromberg 86/39).
(37) Testimonio del jardinero Joseph Pirschel, Hhensalza (WR II).
(38) El campesino Arthur Daase, Slonsk, declara: "Yo y un campesino que logró escapar de la
deportación, somos los únicos alemanes que sobrevivieron en la parte norte de Slonsk (WR II).
(39) A los muertos les robaron los anillos del dedo (asesinato Burkat, Sd. Is. Posen 58/39). - Trabajadores
de campo polacos (!) Sacan de las mujeres, presas en Swersenz, vestidos, calcados y mayas, maltratando
y robándolas en presencia de militares (proceso contra Luczak, Sd. Is. Posen 55/39).
(40) Expresión de los guardias polacos que acompañaban la leva de deportados a Lowitsch, testimoniada
por el criado polaco Wawrezin Dmagala (WR II).
(42) Testimonio de un sargento polaco pariente el agricultor Hermann Netz, Crone (a / B. WR II).
(43) Informe sobre el grupo de deportados de Schrim (Sd. Is. Posen 243/39).
(44) Relato del Pastor Rakette de Schokken (WR II); otros eran "muertos como conejos de un golpe" (e n
otro lugar).