CRÍMENES POLACOS CONTRA LOS ALEMANES ÉTNICOS EN POLONIA crimenes_polacos | Page 19
Pero, bastaba que se descubriera una pistola de niño para justificar un homicidio
(16). A veces, los polacos también afirmaban haber encontrado un arma cuando, en
realidad, ellos mismos habían escondido en su casa; y que, al preguntar por la
munición escondida, ellos mismos colocaban, escondidas, un cartucho sobre un
armario, sirviendo entonces ese cartucho como comprobante (17), o que sacaban a
un alemán un librito de notas para hacer en él apuntes agravantes que, después,
sirvieron como cuerpo de delito. En el caso de un soldado de infantería polaco
aseverar haber encontrado en una casa una granada de mano, en el que intervinía
otro soldado polaco declarando, francamente, haber visto como tercer so ldado la
había colocado en aquel lugar, hecho que salvó la vida al incriminado (18). En las
ciudades se notaba uniformidad en el inicio de los ataques a los alemanes: del medi o
de la población excitada partió un tiro (19), e inmediatamente, irrumpieron de toda s
partes los gritos: "¡Fueron los alemanes que disparan! ¡Vayan a aprenderlos ! Ma tem
los niemcy (alemanes), los szwabi (propiamente: alemanes de Suabia), los cerdos, ¡los
espías! De esa manera y sin el mínimo motivo, acusaban a los alemanes, conforme a
los deseos de los bandidos y los planes, de antemano, organizados, con el fin de
eliminar a todos los alemanes (20).
(15) Las listas representaron un papel importante en la preparación de las atrocidades polacas. "Te ní an
una lista según la cual fueron llamadas todas las personas que se hallaban en el sótano", es lo que
comunica la criada Gertrud Becker, en Bromberg - Jaegerdorf, como testigo del asesinato de Schroedte r
y Kobke (WR 1), los comandantes de las organizaciones locales de la Union de Revoltosos habían
preparado "listas de muerte" que servían para la ejecución de los asesinatos masivos. Referente al
testigo jurado Litwa, propietaria de restaurante en Landsberg (Municipio Rybnik) que el revoltoso
Kwiotek organizó una lista de 150 alemanes "que debían ser masacrados oportunamente. (S. G. en
Kattowitz 19/39). "Tomó parte, también, en la organización de la lista negra, el Consejo de la ciudad",
refiere el testigo Elvira Diesner en Clechocinek (WR II). "La organización de las listas estaba a cargo de los
órganos administrativos locales", declaró el testigo Pastor Paul Rakette de Schokken (WR. II) Un
sargento de la policía de Rogasen contó al testigo Ewaid Thon, propietario de restaurante, que la Lista
Negra "venía organizada de arriba "(WR. II). El testigo Erwin Bot, sastre en Ostburg, cree que el
intendente polaco había sido responsable de la organización de las listas; "Sin esas listas los soldados no
habrían podido llamarnos por los nombres" (WR II).
(16) Relato verbal del testigo Charlotte Korth, adjunto al testimonio (WR I).
(17) Testimonio de los testigos Herbert Schlicht y Anna Jaeger, de Jaegerdorf (WR I)
(18) Testimonio de los testigos Freidrich Weiss, carnicero en Wonorce, y Willi Bombicki en Graetz (WR II).
(19) En muchos casos, ni se había arrojado, incumbiendo a un polaco de propagar, al contrario de la
verdad, que habían disparado de una u otra casa alemana. (20) Esta contraseña había sido dada por la
radio, la prensa y las organizaciones chauvinistas, y hasta el púlpito, aún en el día de la masacre en
Bromberg (Testimonio del reo de muerte Wladyslaw Dejewski). (Sd. K. Le. Bromberg 16/39). Este
testimonio de Dejewski demuestra la actividad perniciosa de los intelectuales y de los eclesiásticos
polacos, poniendo de relieve, además de otros problemas, el del abuso del púlpito en la lucha de
exterminio político contra el elemento alemán (Véase el documento N ° 23). "Los sacerdotes nos
aconsejaron calma y prudencia, no se habría realizado esa masacre", declaró Dejewski, llamando la
atención sobre la alocución, pronunciada por el conogo Sch, en Bromberg, que aún poco antes de la
ocupación de la ciudad por las tropas alemanas, exhortar a la población "a defenderse, hasta la última
gota de sangre, contra los alemanes, y a aniquilar todo lo que fuese alemán" En sus declaraciones ante el
tribunal, especial de Posen, el polaco Henryk Pawlowski dijo: "Los sacerdotes instigaban a los hombres"
(Causa: asesinato de Greger - John Sd. K. ls. 38/39 Véase el documento N ° 50).